La pesca se erige como el mayor cliente del naval con otro arrastrero para Freire

Amarra un barco de gran capacidad para una armadora de Canadá

Oceanográficos y superyates suplementan la cartera de pedidos

El “Polar Nattoralik”, durante las pruebas de mar 
previas a su entrega.  // Freire Shipyard | NODOSA

El “Polar Nattoralik”, durante las pruebas de mar previas a su entrega. // Freire Shipyard | NODOSA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

Los grandes procesos de renovación de la flota pesquera gallega se han jugado en el tablero de los astilleros de Vigo y Marín. Sucedió a finales de los ochenta con el Beagle F1 (ex Nuevo Alcocero), Venturer, Argos Vigo, Playa de Sartaxéns o Playa de Rodas. Se repetiría a comienzos del presente siglo con unidades como el Pescaberbés Tres, Festeiro, Río Caxil, Eirado do Costal o Monte Meixueiro. Y regresó hace un lustro con el paso al frente de las armadoras del Isla de Terranova, Monteferro, Monteraiola, Lalandii, Ponta Matirre, Falcon o Argos Cíes, cuyas inversiones ejercieron de revulsivo ante los descalabros de Factorías Vulcano e Hijos de J. Barreras.

Son varios los proyectos de nuevos pesqueros que están ahora en stand by –presumiblemente por los costes de financiación y la escalada inflacionaria–, pero el sector se ha erigido igualmente como un vital polo de actividad para la industria de construcción naval. A los encargos en vigor formalizados por Petrel Fishing (participada por Pescapuerta), Orion Fishing (Pereira) y Bemar Fishing (Copemar), todos con capital vigués, habrá que añadir de manera inminente el de un supercongelador para Groenlandia. Un contrato que elevará los encargos de pesqueros por encima de las 32.300 toneladas CGT (compensated gross tonnage o arqueo bruto compensado), equivalente al 35% del total de carga de trabajo actual de los astilleros gallegos.

Esta nueva incorporación a la nómina de encargos corre a cargo de una pesquera de Canadá. Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) se ha hecho con el contrato. El buque será similar a los arrastreros congeladores Polar Nattoralik y Markus del grupo Polar Seafood construidos en Vigo.

Son unidades totalmente automatizadas, preparadas para la captura de gambas en aguas árticas, o en zonas como el Mar de Barents y Skagerrak. El nuevo encargo será también de gran capacidad –el Markus y Polar Nattoralik tienen más de 4.700 GT cada uno–, aunque no han trascendido más detalles. La dirección del astillero ultima estos días el que previsiblemente será su contrato número 736. A modo de ejemplo, un arrastrero de Malvinas como el Beagle F1 cuenta con 3.440 toneladas GT; el mayor pesquero de pabellón español, el Lodairo (Pesquera Áncora), está por debajo de las 4.300 GT. Amén de volver a refrendar a Freire como astillero de pedidos de última generación, un encargo como éste tiene efecto multiplicador por la carga de trabajo que genera en empresas viguesas de maquinaria de cubierta, parques de pesca, sistemas de refrigeración, habilitación o de aparejos.

Las dimensiones generales de este nuevo buque son las que vuelven a colocar a la pesca como primer generador de actividad en el naval, a sumar a los ya mencionados congeladores (de Petrel, Orion y Bemar) y el encargado por la filial de Cooke en Argentina, Wanchese (bautizado como Erin Bruce II). Por encima de los oceanográficos –suman unas 30.000 CGT–, con siete construcciones simultáneas que colocan al naval vigués en el podio mundial en este segmento. Y que se puede reivindicar todavía más si el Gobierno de la India le confía su futuro proyecto: un barco científico multipropósito de categoría polar, modelo que ha ejecutado con éxito tanto Armón como Freire. En tercer lugar, por volumen asociado de actividad, están los superyates: entregado formalmente el Renaissance, el astillero que dirigen los hermanos Marcos y Guillermo Freire tienen un buque de mayor porte todavía, cuya propiedad prefieren mantener en el anonimato.

El capítulo de nuevas construcciones está repartido únicamente en las gradas de tres empresas: las mencionadas Armón y Freire y la marinense Nodosa, en espera de que Cardama pueda cristalizar sus pedidos para Australia y de que finalmente Metalships & Docks, como ha prometido, logre un sustituto para su último pedido entregado, el velero Sea Cloud Spirit.

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