Suministro naval

El avituallamiento se reinventa ante la menor demanda de buques pesqueros y cruceros

Las compras centralizadas en Southampton y Rotterdam, la caída de flota o las restricciones al tabaco impactan en el sector, que ha renovado su catálogo y ya atiende a oceanográficos o patrulleras

Empleados de la compañía Sumismar con parte del producto que suministran a los barcos.

Empleados de la compañía Sumismar con parte del producto que suministran a los barcos. / JOSÉ LORES

Herminio Agrafojo siempre dice que él alimenta a valientes. Trabaja en Elice Entrepot, una de las míticas empresas asentadas en Vigo que se dedican al avituallamiento de barcos, y a escasos metros del mar evidencia cómo han sido capaces de reinventarse a lo largo de los últimos tiempos. Han pasado de suministrar mayoritariamente tabaco y alcohol, productos que han sufrido múltiples restricciones en relación a su abastecimiento, a ofertar un sinfín de bienes de consumo dirigidos a facilitar la vida a bordo de las tripulaciones que atienden. “No solemos decir que no a nada, aunque tengamos que ir en nuestros coches a conseguirlo, porque todo suma”, afirma. Y en ese cálculo computan víveres, pero también artículos de limpieza, higiene o ropa que los marineros agradecen.

La compañía es el vivo ejemplo de cómo su sector se ha renovado en la ciudad, en su caso dejando de centrarse en proveer bebidas espirituosas y cigarros –“hace un par de años se rebajó el máximo de 40 a 20 pitillos por persona al día”, cuenta– para vender muchísimas más “patatas, cebollas, lechugas, tomates o arroz” a las naves que acaban aterrizando en suelo olívico. Del mismo modo, han sabido tejer una sólida red de compradores en medio de un mercado inestable, en el que la flota –al menos la pesquera– ha ido menguando con el paso de las décadas. “Estamos logrando clientes nuevos y, sobre todo, buscando alternativas”, asegura.

La reducción de las embarcaciones que salen a faenar es el principal acelerador de la disminución de pedidos, si bien ese bajón se ha replicado en el mundo de los cruceros. “En los trasatlánticos, que es nuestro fuerte, hay que decir que este año hay una rotación considerable de buques, pero no se están haciendo grandes negocios. Ahora tienen las compras muy centralizadas tanto en Rotterdam como en Southampton, que son sus puertos base y donde están las grandes empresas suministradoras europeas”, explica por su parte Fernando Vázquez, de la empresa Celso Méndez.

Por este motivo, esta pequeña firma se centra ahora en prestar servicio a buques de carga, tanto a granel como a portacontenedores, así como a oceanográficos o buques sanitarios. Su colega de sector, Elice Entrepot, ha hecho lo mismo, y además de focalizarse en los espaderos y los barcos de Gran Sol, unas flotas importantes para ellos, han trabajado para otros tipos, incluidas distintas patrulleras de la Guardia Civil.

En cuanto a los inmensas naves que portan turistas, Celso Méndez ha atendido grandes encargos de los gigantescos Independence of the Seas o Queen Elizabeth II, aunque en la actualidad la mayoría de las encomiendas que llegan son “olvidos” de aquellos cruceros que no han contemplado ciertas partidas de alimentos y aprovechan su paso por Vigo para recogerlos: “Cuando atracan, en el tiempo en el que están no solo embarcan y desembarcan viajeros, también cargan sus provisiones. ¿Qué ocurre? Pues que a lo mejor entre las cosas que deberían haber pedido y no pidieron había 400 kilos de mantequilla que se olvidaron, y esos 400 kilos de mantequilla es lo que piden aquí en Vigo. Son cosas que se olvidan, claro. Únicamente olvidos. Y este año, concretamente este verano, no están teniendo muchos”.

La caída

Desde Sumismar, otra de las empresas especializadas en el aprovisionamiento de barcos en la ciudad, su gerente Carolina Moreno confirma que el descenso de la flota pesquera ha impactado en el sector. “Cada año hay bastantes menos barcos y sí que ha caído la demanda, pero ya desde hace unos cuantos años que la cosa está en decadencia total. No tiene nada que ver el puerto de hace muchísimos años con el de ahora. Cada vez hay menos pesqueros y cada vez se lo complican más, ya que a veces no les compensa ni salir por los precios de gasóleo”, remarca.

¿Y esto cómo lo afrontan? Pues en su caso, además de centrarse en la distribución de alimentación, también están muy focalizados en la venta de aceite y lubricante para barcos. Un servicio que prestan en sus centros de Vigo, Algeciras y Tarragona.

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