Barreras colma de actividad sus gradas por primera vez desde el fiasco de Havila y Ritz

En julio de 2019, Hijos de J. Barreras paralizó la construcción de dos cruceros de 124 metros que había encargado la naviera noruega Havila Kystruten. Para entonces ya había botado el buque de ultralujo Evrima, para The Ritz-Carlton Yacht Collection, que tomaba forma en el varadero. Claro que no terminó en Beiramar ninguno de estos tres pedidos –los Havila nunca se retomaron y el de Ritz huyó a Santander por orden de Douglas Prothero–, pero aquel verano fue la última vez que el astillero simultaneaba la ejecución de tres proyectos, por importe conjunto de 510 millones de euros.

Para encontrar el momento en que la empresa sí fue capaz de compaginar y completar tres contratos hay que retroceder hasta las muy pretéritas épocas previas al colapso del viejo tax lease, en 2011, cuando selló la entrega de dos ferris (Volcán del Teide y Volcán de Tinamar) y un offshore (Edda Fides). Ya en manos de Armón –la unidad productiva es ahora propiedad de la sociedad Astilleros Ría de Vigo–, en Beiramar número 2 se vuelven a respirar los trajines de antaño. Tres barcos de última generación en marcha, para Argentina, Islandia y Nueva Zelanda.

El primero es un scalloper, un pesquero que estará equipado para la pesca de vieiras y que fue encargado a Grupo Armón por la filial argentina de Wanchese, de capital canadiense. Permanece en una de las gradas, que tienen 180 metros de longitud, aunque su estructura se ha desplazado ahora unos 70 metros hacia el agua.

De este modo, el equipo que dirige Santiago Martín podrá simultanear en ese mismo espacio el armamento del pesquero argentino y un oceanográfico de 70 metros de eslora; este jueves celebra, de hecho, el hito de puesta de quilla de este último contrato, firmado con el Instituto de Investigación Marina y de Agua Dulce del país (Hafrannsóknastofnun) por importe de 33,45 millones de euros. El barco de Wanchese es de 51 metros de eslora, como concretó a FARO su gerente general, Pedro Böhnsdalen. Tocará el agua de Beiramar en el mes de mayo, para cuando está prevista su botadura y traslado al muelle.

Oceanográfico neozelandés

En la grada 2 tomará forma otro oceanográfico, en este caso de 36 metros para el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (National Institute of Water and Atmospheric Research, NIWA). Reemplazará al Kaharoa, construido por el astillero local Oceania Marine, especializado en yates, y que supera ya los 40 años de servicio.

“No había ni capacidad ni expertise en el naval de Nueva Zelanda para asumir la construcción de un buque de este tamaño y complejidad”, indicó una portavoz del NIWA, Jessica Rowley. La intención del ejecutivo neozelandés es de disponer del buque para el mes de junio de 2024. Estará dotado de un ROV (remoted operated vehicle, un robot operado a distancia). No ha trascendido el importe de este pedido.

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Las instalaciones

En paralelo a la progresiva saturación de actividad de la antigua Barreras –la sociedad anónima sigue su fase de liquidación, pendiente de determinar si fue una quiebra culpable o fortuita–, Armón continúa con intensos trabajos de remodelación, actualización y reforma de las instalaciones. En la oferta de compra, validada judicialmente, el grupo que dirigen Laudelino Alperi y José Ramón Fernández comprometió una inversión de hasta 6 millones de euros, a ejecutar en un plazo máximo de 15 meses desde la adjudicación.

Además de la demolición de la antigua nave de Auxiliar Conservera (Aucosa), que permitirá la unión completa de las instalaciones de Beiramar nº 2 con las de San Gregorio (antiguo Construcciones Navales Santodomingo), también se están ejecutando trabajos en la nave de chapa, situada frente a la entrada principal a las instalaciones del astillero.

Bajo la presidencia de José García Costas, Barreras había diseñado un proyecto de reforma de las gradas con el objetivo de reforzar su capacidad y albergar construcciones de mayor envergadura, pero nunca se llevaron a cabo.

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