El grupo asturiano Armón continúa con sus trabajos para reactivar las instalaciones de Hijos de J. Barreras, rebautizadas ahora como Astilleros Ría de Vigo. Las dos gradas de casi 190 metros que vieron formarse y salir a cientos de barcos desde 1982, están estos días prácticamente despejadas de los cascos del fallido proyecto Havila, dos cruceros para Noruega que quedaron a medio construir y que representaban un montón de chatarra que impedía los trabajos de fabricación en la zona. Según pudo saber este medio, Armón cuenta con poder utilizar “en breve” ambas gradas para las que serán las primeras construcciones en Barreras, los oceanográficos para España (IEO) e Islandia, así como un pesquero para Argentina. De igual forma, la dirección cuenta con empezar 2023 con un astillero unificado físicamente con el derribo del edificio de Aucosa, cuyos trabajos culminarán en lo que resta de año.
Aunque todavía queda chatarra por retirar, Armón ha conseguido borrar casi al completo la huella de acero que dejó la naviera Havila Kystruten en Vigo cuando su proyecto se paralizó el 5 de julio de 2019: unas 4.000 toneladas de bloques ensamblados de acero en ambas gradas y esparcidas por las instalaciones. De su desaparición se ha ido encargando la firma coruñesa Francisco Mata SA, especializada en desguaces.
Junto a estos trabajos, claves para la reactivación completa de lo que fue Barreras, Armón también está inmersa en el derribo de la nave de Aucosa, la vetusta estructura con amianto que separa las instalaciones de Beiramar 2 y las de Beiramar 5, donde se ubica Armón Vigo, filial del grupo que lleva más de dos décadas en la ciudad. Tras desmontar parte del tejado, unos andamios rodean ya la fachada de cara a su paulatina demolición.
La intención del grupo que dirige Laudelino Alperi es que la nave de Aucosa desaparezca antes de final de año, por lo que Armón Vigo y Astilleros Ría de Vigo estarán físicamente unidas en 2023. Eso sí, por el momento la intención de la firma es que sigan operando como empresas distintas. No en vano, la idea de Armón es que en las instalaciones de Barreras se realicen barcos distintos, de mayor envergadura, volviendo a fabricar tanto ferris (el último fue en 2011) como buques offshore.
A falta de concretar algunos de los pedidos por los que pelea Armón para sus astilleros en la ciudad olívica (como las licitaciones internacionales de oceanográficos para Azores u Holanda, en el que pugna por Freire Shipyard), por el momento Armón fabrica ya en Astilleros Ría de Vigo tanto el oceanográfico para Islandia de 70 metros de eslora como el pesquero para la argentina Wanchese. Además de ello, estrenó las reparaciones en las vías de varada con dos remolcadores de Ibaizábal, que asignó las reformas de los barcos Getxo y Gatika.
En lo que respecta a Armón Vigo, en la curva de San Gregorio, el astillero está trabajando en el primer ferri eléctrico para Baleària, así como en el nuevo buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Odón de Buen, o el barco de investigación para Nueva Zelanda.
