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Hijos de J. Barreras entierra 130 años de historia

El juzgado de lo Mercantil decreta la disolución de la empresa y abre la fase de liquidación | La falta de activos obliga a descartar un convenio con los acreedores | El pago de deudas a las auxiliares, a la espera de los pleitos

Avanzan los trabajos de limpieza antes de retirar los cascos. Pablo Hernández Gamarra

Carne de historia pretérita, marca para el recuerdo. Como Factorías Vulcano, como Casa Mar, como Ascón y Construcciones Navales Santodomingo, Álvarez o Pebsa. A Hijos de J. Barreras le llegó el día de la desaparición, no sobrevenida, tras 130 años de trayectoria como referente internacional en la construcción de barcos. En el penúltimo coqueteo con la quiebra, en el invierno de 2019, se lanzó a los brazos de un compañero de baile accidental que dejó la fiesta a media canción. Cruise Yacht YardCo, galimatías de un entramado empresarial articulado por el fondo norteamericano Oaktree Capital Management, ha sido su último propietario. No pretendió nunca una segunda oportunidad para ella; este miércoles, la jueza de lo Mercantil número dos de Pontevedra, Amelia Pérez, dictó el auto que da apertura a la fase de liquidación y declara disuelta la compañía. La petición se cursó el 29 de junio: “Dicte resolución abriendo de inmediato la fase de liquidación, requiriendo a la administración concursal para que presente el plan de liquidación en el plazo improrrogable de diez días”, expone el escrito de los abogados de la empresa, al que ha tenido acceso FARO. Hijos de J. Barreras: creada en 1892, desaparecida en 2022.

El proceso de liquidación ha sido excepcionalmente rápido, de mano de un mecanismo denominado prepack concursal que no se había utilizado antes en Galicia y que ha permitido que las instalaciones recuperen de inmediato su actividad. Por este motivo, dado que la unidad productiva se vendió en mayo a Astilleros Ría de Vigo (Grupo Armón) por 14,7 millones de euros, Barreras era ahora una mercantil vacía de contenido útil. Una carcasa en forma de sociedad anónima cargada solo de compromisos de pago: de unos 4 millones de euros a la plantilla –un centenar de trabajadores serán despedidos vía ERE parcial de extinción–, facturas sin pagar por otros 9,6 millones a auxiliares y proveedoras y juicios pendientes por otros 85 millones, más intereses. No tiene nada que repartir en esta fase final de su insolvencia: “Se pone de manifiesto la imposibilidad de presentar propuesta de convenio alguna tras la enajenación de la unidad productiva y la situación actual de ERTE”. No hay margen para quitas o para plazos de pago.

Las facultades de gestionar el cierre total, en manos de los concursales

Adiós a Ritz-Carlton

Además de la apertura de la fase de liquidación y la disolución de la empresa, la magistrada ha decretado asimismo el “cese de los administradores, que serán sustituidos por la administración concursal”, Tahice Legal. Este equipo ha sido el encargado de pilotar la venta de las instalaciones –incluye los equipos, inventario y la marca Barreras–, aunque el equipo contratado por Cruise Yacht –y su número uno y expresidente del astillero, Douglas A. Prothero– mantenía sus facultades de gestión. Se ha terminado así no solo la historia de la compañía, sino también el último vestigio de poder de la marca Ritz-Carlton Yacht en Vigo y el naval gallego. Con muchas tareas pendientes.

Los administradores concursales tienen ahora diez días para presentar un plan de liquidación que no dará para florituras. De esos 14,7 millones ingresados por Armón habrá que detraer el importe correspondiente a los finiquitos de los trabajadores, cifrados en unos cuatro millones de euros. Según el informe de Tahice Legal, los créditos contra la masa –contraídos desde la declaración de concurso, desde electricidad a los honorarios de los administradores– superaban los 16.600 euros hasta marzo, y han de abonarse otros 645.000 tipificados como de privilegio general (Agencia Tributaria y plantilla, en este caso). A renglón seguido le tocaría cobrar a los acreedores ordinarios, que son la enorme retahíla de empresas atrapadas en los impagos de la Barreras de la etapa de José García Costas (hasta octubre de 2019) y de Douglas Prothero. Medio centenar de ellas, como publicó este periódico, ya se habían cogido las manos con la quiebra de Vulcano.

Tienen créditos reconocidos por 9,6 millones de euros, pero su desembolso queda en suspenso: que empresas como JJ Naval, Montajes Cancelas, Norinver, Maessa, Talleres Dizmar o Tuycalde ingresen sus créditos dependerá de dos litigios en curso, y por importe de cerca de 70 millones de euros. Es la suma de las reclamaciones de Havila Kystruten y Naviera Armas contra el astillero. “Lo más apropiado y diligente es esperar a que se resuelvan esas contingencias. Dejas ese dinero consignado y, en caso de que sobre algo si hubiese que pagar a Havila y Armas, los prorrateas entre los acreedores”, explican fuentes jurídicas. El procedimiento de la naviera noruega contra Barreras y Abarca (su aseguradora) arranca este lunes en Londres; en la Cámara de Arbitraje de Madrid se dilucida el instado por parte de Armas, que adelantó 28 millones por un ferri del que nunca se cortó una sola chapa.

Avanzan los trabajos de limpieza antes de retirar los cascos

Antes de que Astilleros Ría de Vigo –empresa que ha formalizado la compra de la unidad productiva de Barreras, de Armón– proceda con los primeros trabajos en la estructura del oceanográfico del IEO, las instalaciones deberán despejarse de material para desguazar, como bloques del malogrado proyecto Havila. Esta tarea ya ha comenzado, como publicó FARO, y proseguirá en los próximos días con el desmantelamiento de los cascos de ambos cruceros. Se ha encomendado a la compañía coruñesa Mata.

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