Cualquier proyecto que aspirase a reactivar la construcción naval en la unidad productiva de Hijos de J. Barreras, paralizada desde marzo del año pasado, tenía un requisito previo: limpiar las instalaciones. Y no de suciedad o materiales obsoletos, sino de las en torno a 4.000 toneladas de aceros que están desperdigadas por naves cubiertas, explanadas y las dos gradas del astillero. Son las cicatrices del proyecto Havila, un contrato para la construcción de dos cruceros que quedó paralizado hace justo tres años, cuando el equipo del entonces presidente, José García Costas, dejó en stand by su ejecución por el retraso en los pagos de la armadora noruega.
Astilleros Ría de Vigo, nombre que Armón ha elegido para la empresa adjudicataria de los terrenos de Barreras, ha iniciado ya esos trabajos de limpieza. “Se ha empezado a sacar bloques enteros”, apuntan a FARO fuentes próximas al equipo de Laudelino Alperi y José Ramón Fernández. Antes de que el proyecto se fuese al traste se habían ensamblado 19 y 16 bloques, que darían forma a los cruceros Polaris y Pollux, respectivamente. Y quedaron otros 25 esparcidos por Beiramar –sin contar con los que se subcontrataron y ya ni se recepcionaron ni pagaron–, que son por los que han empezado estas tareas de desguace. Empieza la cuenta atrás para la nueva Barreras.
Los trabajos para desmontar las estructuras de las gradas, de las que sí se aprecia ambas proas, serán más complejos. Armón los ha encargado a Francisco Mata SA, compañía coruñesa especializada en desguaces. “Previsiblemente arrancarán para la semana, tienen que traer máquinas para acelerar los cortes”, abundan las mismas fuentes. Una vez que completen su cometido, y cuando los bloques sin ensamblar hayan sido retirados por completo, Astilleros Ría de Vigo –cuya denominación avanzó este periódico– podrá arrancar con su primer proyecto. Será el de trabajos de estructura del nuevo buque insignia del Instituto Español de Oceanografía (IEO), bautizado ya como Odón de Buen y con el número de construcción V-140.
Pero será otro oceanográfico, encargado esta vez por el Instituto de Investigación Marina y de Agua Dulce de Islandia (Hafrannsóknastofnun), con el que se fraguará su estreno. Se trata de una embarcación de investigación de 70 metros de eslora, la de mayor porte ejecutada hasta la fecha por Armón en Vigo, y que se entregará a finales de 2023. Reemplazará al vetusto Bjarni Sæmundsson, con 50 años en su hoja de servicios. El contrato tiene un valor de 33,45 millones de euros. El segundo pedido ya asignado a Astilleros Ría de Vigo es un arrastrero congelador de 60 metros, con el que la armadora Red Chamber faenará merluza en el caladero argentino.
Pero el equipo de Alperi no quiere desaprovechar la capacidad que le aportan estos terrenos, por los que ha pagado 14,2 millones de euros, tanto a efectos de calado como de eslora. Por eso traza un camino con buques de mayor porte, que Barreras había dejado mucho antes de solicitar concurso por última vez. “Recuperar una buena actividad, con ferris y offshore, compatibilizándolo la tipología de contratos que ya tiene a día de hoy”, defienden en Armón. En Beiramar 2 dispondrá de un calado de hasta siete metros, por los cinco de la curva de San Gregorio, y capacidad para proyectos de hasta 49 metros de manga. Armón ha incluido también “como punto de partida” volver a un segmento que Barreras abandonó en 2011 con la entrega del Volcán de Tinamar: los ferris ro-pax, con carga rodada y pasaje.
El proyecto Armón
1 Estructura para el “Odón de Buen”
Es la primera tarea que ha adjudicado Armón a la unidad productiva de Hijos de J. Barreras. Es el nuevo oceanográfico para el IEO.
2 Oceanográfico para Islandia
Será su primera construcción en Beiramar 2. De 70 metros, es el mayor buque de investigación que ha ejecutado hasta la fecha el grupo que dirigen Laudelino Alperi y José Ramón Fernández.
3 Arrastrero para merluza
Se volverán a construir pesqueros en la nueva Barreras tras el Albatun Tres, entregado en 2004. Será un arrastrero congelador para la argentina Red Chamber.
