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Construcción, contratos fijos y medias jornadas mueven el empleo en Galicia

La comunidad suma 7.900 asalariados en el primer trimestre y pierde 4.900 empresarios y autónomos | El sector primario sigue desangrándose | El paro crece en 6.000 personas

Trabajadores en una obra de construcción en Pontevedra. GUSTAVO SANTOS

Pasaron tantas cosas en el arranque de este año que la radiografía laboral tampoco podía ser muy corriente. La ocupación resiste en Galicia. Y eso no es poco porque suele caer después de la campaña navideña y dadas las delicadas circunstancias actuales. La guerra pone en jaque al mercado europeo, primer destino del negocio exterior de la comunidad, muy dependiente a la vez de materias primas básicas que tanto Rusia como Ucrania suministraban casi en exclusiva para el viejo continente. Con el estallido del conflicto se dispararon los precios de cereales, aceites, fertilizantes y, sobre todo, la energía, hasta llevar la inflación a niveles inéditos desde hace 38 años.

Por si fuera poco, la protesta de los transportistas colapsó la distribución de mercancías durante dos larguísimas semanas, agravando los cuellos de botella que sufre parte de la industria regional. Esos dos sectores representan la cruz del empleo en lo que va de 2022 en Galicia. Transporte y almacenamiento perdieron 2.900 puestos de trabajo y otros 2.400 las manufacturas. La cara está en la construcción, que sumó 4.200 y permitió cerrar el primer trimestre con prácticamente el mismo número de ocupados que al final del pasado ejercicio (100 más, hasta un total de 1,091 millones), aunque también hay 5.900 nuevos parados.

Más población activa

¿Puede aguantar la ocupación y, en paralelo, crecer con contundencia el paro? Sí, porque en los tres primeros meses del año aumentó la población activa –6.000 gallegos más en edad de trabajar y en disposición de hacerlo–, síntoma, según los expertos, de la mejora de la confianza de los ciudadanos respecto a la evolución de la economía. La franja de mayor incremento fue la de 30 a 34 años (3.400 activos a mayores) y en la 50 a 54 años (5.400), mientras que los activos de la horquilla situada entre los 25 y los 29 años disminuyeron en unos 1.600 y en se redujo en 2.200 en los de 35 a 39 años.

Al igual que en la población activa, la evolución de los ocupados en Galicia es muy desigual en función de las edades, el sexo, el perfil profesional y las ramas de actividad. El empleo se expande con fuerza entre los jóvenes de hasta 24 años (9,4%, con 3.200 ocupados más que en el cuarto trimestre de 2021) y mermó un 4,1% (7.200) en los de 25 a 34 años. Hay 800 hombres más trabajando y 700 mujeres menos, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y su homólogo en Galicia, el IGE.

Empresarios y autónomos

Toda la destrucción de ocupación se concentra en los empresarios, ya sean encargados de firmas con plantilla (1.200 menos) o autónomos y titulares de negocios sin personal (un recorte de 3.700). Existe un claro trasvase del empleo hacia los puestos asalariados, que aumentaron en 10.400 en el sector privado. A diferencia del pasado año, las administraciones redujeron sus efectivos en 2.500 entre enero y marzo de 2022. Los ocupados que ayudan en la empresa o negocio familiar descendieron en 2.400.

Junto a la construcción, donde el alza del empleo rozó el 6%, destacan el comercio (1,6% de ascenso y 2.700 trabajadores más), las actividades sanitarias y los servicios sociales (1,8%), la educación (2,3%) y el resto de servicios, que integran las actividades recreativas, ocio, deporte y negocios de atención personal (2,6%). Del lado de los números rojos, además de la industria manufacturera y el transporte, sobresalen la administración pública (una caída del 2,4% en la ocupación) y, sobre todo, la enorme pérdida de trabajadores (22%) en el grupo de energía, suministro de agua y gestión de residuos y la sangría sin cesar de agricultura, ganadería, caza y silvicultura (8,1%).

Ocupación y asalariados

Los puestos a tiempo completo entre el total de ocupados siguen con el pie sobre el freno, al igual que ocurrió en el último trimestre de 2021. Disminuyeron en 7.900, casi los mismos creados con jornada parcial (8.000). En el caso concreto de los asalariados, suben las dos modalidades: 1.000 jornadas completas más y 6.900 contratados a media jornada, que aumentan especialmente en educación (32,5%), sanidad y servicios sociales (145) y pesca (77%). Los sectores con más peso de las jornadas a tiempo parcial ahora mismo son el comercio (16,8% del total de contratos), la hostelería (23,5%) y el resto de los servicios (47%).

La temporalidad se desploma tras la entrada en vigor de la reforma laboral. Quedaban 200.000 gallegos eventuales, 15.000 menos que en diciembre; y los indefinidos suben en aproximadamente 23.000. El porcentaje de temporales en el mercado de trabajo autonómico cae casi dos puntos en solo un trimestre: del 24,3% al 22,5%.

Lo que sube es la tasa de paro. Cuatro décimas, hasta el 11,4%. Se nota principalmente en tres sectores con avances contundentes: las administraciones públicas (200%), el transporte y el almacenamiento (64%) y el comercio y los talleres (46,5%). En educación cayó un 48% y un 39% en sanidad.

España mantiene los 20 millones de ocupados


En toda España, el primer trimestre del año arrancó con un repunte del paro de 70.900 personas –la tasa creció hasta el 13,6%– y una leve pérdida de ocupados. Suele ser un periodo malo por el fin de la campaña de Navidad y en este 2022 la inflación, la guerra en Ucrania y la escasez de determinadas materias primas no han remado a favor. No obstante y pese a ese cóctel de factores en contra, este primer trimestre no ha sido el peor del último lustro –se sitúa en niveles similares al del 2019– y España ha conseguido retener la cota de los 20 millones de trabajadores en activo. Baja la ocupación, pero aumenta la estabilidad. Los primeros efectos de la nueva reforma laboral ya empiezan a visibilizarse en la estadística, por más que el grueso de las normas de contratación entraron en vigor a partir de este abril y la EPA, de momento, no los mide. Casi dos puntos bajó la eventualidad en el sector privado, pasando del 23,9% del cuarto trimestre del 2021 al 22,1% del primer trimestre del 2022. Lo que se traduce en unos 260.000 temporales menos, mientras el empleo indefinido ha crecido en 164.100. Es decir, dos de cada tres empleos temporales perdidos se compensaron con fijos.

Crece el número de horas trabajadas


A pesar de la encrucijada del trimestre, otro síntoma del camino hacia la vieja normalidad es el incremento del tiempo trabajado. De media, fueron 32,8 horas semanales en Galicia –frente a las 31,4 horas de un año antes– en el momento en el que se hicieron las entrevistas. Los afectados por paros parciales por razones técnicas o económicas pasaron de 1.800 en diciembre a 4.000 en marzo y se redujeron de 2.900 a 2.100 los afectados por un Expediente de Regulación de Empleo.

200 hogares menos con sus miembros en paro


De los 1,117 millones de hogares que había en el primer trimestre en Galicia, unos 757.000 tenían al menos un activo. Las familias con todos sus miembros en paro se redujeron en 200, hasta las 50.700. Aquellas que tienen a todos sus integrantes trabajando se redujeron en 4.300 (630.600).

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