A hurtadillas por toda España

La pesca se organiza, con todos los cuerpos policiales, para sacar un convoy de 20 camiones de productos perecederos de O Berbés

Hilera de camiones, listos para salir.

FdV

Lara Graña

Lara Graña

Se organizó con precisión quirúrgica, casi en silencio. “Lunes, 12:30 horas. Lonja de Vigo”. El objetivo era distribuir más de 30 toneladas de mercancía a distintos mercados centrales de España, de Madrid a Cataluña o Andalucía, sin levantar sospechas entre los convocantes del paro del transporte (y sus piquetes). Y se consiguió.

Con participación de Policía Local, Guardia Civil y Policía Nacional, un convoy de una veintena de camiones logró salir ayer de Vigo. “Tenemos el corazón en un puño, que no tengan contratiempos”, confesaban fuentes de los comercializadores del puerto. La mayor parte de los productos que iban a bordo de los camiones frigoríficos eran capturas de Gran Sol, que no habían podido ser distribuidas en los últimos días, aunque también partieron autocares de carne o frutas. Corriendo un riesgo mayúsculo. En un contexto de huelga, cualquier eventual daño que sufran tanto los vehículos como las mercancías no tienen cobertura de las pólizas de seguros, razón por la que empresas de transportes optaron por paralizar su actividad, aun queriendo trabajar. Solo un camión con capturas de este caladero puede llevar a bordo pescado por valor de 70.000 euros.

La de ayer fue la primera maniobra de distribución de productos de pesca que pudo consumarse desde el martes día 15, cuando compañías como Transfrío u Olano decidieron dejar sus autocares en las campas por el recrudecimiento de la acción de los piquetes. Se generaron pérdidas diarias de dos millones de euros, como avanzó este periódico.

Para este martes están programadas dos descargas de Gran Sol, una de ellas en camión (del pesquero Spica, con pabellón británico). El Skellig Light II hará lo propio en la jornada del miércoles; el jueves está prevista la llegada de las capturas, también por carretera, de otros cuatro barcos. “Otra cosa –abundan las mismas fuentes– es que consigan llegar”.

Dispositivo de Policía Nacional, Policía Local y Guardia Civil, ayer en el Puerto.   | // JOSÉ LORES

Dispositivo de Policía Nacional, Policía Local y Guardia Civil, ayer en el Puerto. | // JOSÉ LORES / Lara Graña

En la flota de bajura la situación es distinta. El amarre se prolongará hasta el jueves, como mínimo, en espera de lo que puedan acordar en la reunión con el ministro de Pesca, Luis Planas. Este parón es capital para la industria frigorífica de fresco, representada en Galicia por la asociación Afripex (Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva), cuya facturación anual depende en buena medida de la campaña de la caballa. “Se nos está yendo. Solo dura dos semanas al año, así como pasa por aguas españolas, se va”, lamenta el presidente de Frigoríficos Iberport, Manuel González. Las dos instalaciones con las que cuenta su empresa están paradas, habituadas en esta época a recibir hasta diez camiones diarios con 22.000 kilos de capturas cada uno. Las cámaras frigoríficas sí que siguen encendidas, con el consiguiente coste fijo adicional y sin retorno.

“Hemos buscado transporte para mandar contenedores a Italia y no encuentro. No nos vale la protección policial –abunda–, los camioneros no quieren arriesgarse. Y yo los entiendo. Que lo haga quien sea, por favor, pero tienen que arreglarlo”.

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