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Cortizo levantará en Chaves su décima fábrica con una previsión de 450 empleos

El gigante gallego del aluminio compró 150.000 metros en el polígono industrial de la localidad e invertirá 60 millones en el centro destinado a abastecer el mercado portugués

Un operario en una de las factorías de Cortizo. // Cortizo Cortizo

Cortizo busca ya al personal que trabajará en su futura fábrica de Chaves. El gigante gallego del aluminio necesita un ingeniero de producción, con o sin experiencia, que formará en sus instalaciones en España antes de destinarlo con plaza definitiva a su nuevo centro en la localidad portuguesa, colindante con Verín. El salario inicial será de entre 20.000 y 30.000 euros y el pago de la vivienda durante el periodo previo de preparación correrá a cargo de la compañía, también en el caso de los técnicos de producción, “preferiblemente con formación profesional en herramientas, soldadura, chapa y pintura, mecatrónica, construcciones metálicas o cualquier otra afín” a la extrusión. El sueldo de los operarios varía entre los 19.800 y los 22.000 euros, como figura en el anuncio publicado por Cortizo. No concreta cuántos necesita, pero el proyecto contempla que lleguen a ocuparse unas 450 personas.

Esta será la décima fábrica del grupo, junto con las tres operativas en Padrón, donde se ubica su cuartel general, la fundición de Mieres (Asturias), el centro de Ciudad Real, el de Santa Cruz de Tenerife y las tres factorías internacionales de Francia, Eslovaquia y Polonia. La de Chaves se ubicará en una parcela de 150.000 metros cuadrados en la zona norte del polígono industrial del municipio, adquiridos hace unos meses. La inversión, según la documentación entregada en la Cámara Municipal de Chaves para conseguir las licencias, ronda los 60 millones de euros. Los dos años previstos para la formación de los empleados hacen pensar que la planta podría empezar a funcionar en ese mismo horizonte temporal.

Producción del grupo Cortizo Hugo Barreiro

Primer cliente

Cortizo factura más de 700 millones de euros y dispone en estos momentos de una capacidad productiva de 150.000 toneladas al año, muy diversificada en territorios para así también poder cubrir lo más rápido posible el consumo en esas áreas. Gracias a la estrategia de expansión de los últimos años, la empresa puede ir esquivando los atascos en el aprovisionamiento mundial por los cuellos de botellas generados tras el estallido de la pandemia. Ahora salta la frontera para cubrir desde allí el mercado luso, aprovechando también la fortísima demanda por el auge de la construcción. De hecho, Portugal es el primer cliente de las exportaciones de aluminio y sus manufacturas made in Galicia. Entre enero y noviembre del pasado ejercicio, el saldo superó los 173 millones de euros, casi una cuarta parte de todas las ventas exteriores del metal.

La apuesta de la compañía por el país vecino no es nueva. Tiene almacenes en Rio Maior, en el distrito de Santarém, y en Vila do Conde, que fue, además, una de las primeras delegaciones comerciales abiertas en el arranque de la expansión internacional de Cortizo en los años 90.

El caso de Francia

La última factoría que estrenó Cortizo fue la de Francia, en octubre de 2015. Está en la localidad de Chemillé, en la región de Países del Loria. Las instalaciones dedicadas a la elaboración de perfiles de aluminio para la industria se extienden en una parcela de 50.000 metros cuadrados. La inversión ascendió a 18 millones de euros. Allí trabajan 80 personas. Lo que da una idea de la envergadura del proyecto de Portugal, que triplica la superficie y la inversión y multiplica casi por seis la plantilla. Pero ambos centros ejemplifican cómo planifica la compañía su expansión, pensando en mercados fundamentales para su negocio.

“Vamos a producir en Francia con la calidad global de todo nuestro grupo, pero con tiempo de entregas locales. Tecnología de última generación, minimización de tiempos de entrega y reducción de costes logísticos. Esas son las claves de nuestra nueva fábrica en el país galo”, explicaba el departamento de Producción de Cortizo con motivo de la inauguración de la planta hace seis años. Francia es el segundo destino de referencia para las exportaciones gallegas de aluminio, cerca de 164 millones de euros en 2021, a falta aún de los datos de diciembre.

Proyecto de ampliación de la línea de PVC en Padrón. // Cortizo default

Más recientemente, el pasado diciembre, la multinacional abrió las puertas de las nuevas instalaciones de la delegación de Cataluña. En su plan estratégico para la línea de PVC estima una inversión de 50 millones de euros hasta 2025 y la creación de 145 puestos de trabajo con la ampliación en 21.000 metros cuadrados de su fábrica en el Polígono de Picusa (Padrón). Se añaden 30 extrusoras. Su músculo productivo en pasará de 20.000 a 60.000 toneladas cuando funcione la nueva maquinaria al completo. La hoja de ruta en PVC, que aportó en 2020 una facturación superior a los 34 millones de euros, incluye una nueva planta de reciclaje de hasta 10.000 toneladas anuales en el Polígono de Pazos, en Padró también. El otro gran proyecto de Cortizo a medio plazo es la construcción y puesta en marcha de su Campus Tecnológico, “el espacio de ingeniería de envolventes más importante de Europa” con 350 arquitectos e ingenieros. El presupuesto se aproxima a los 40 millones de euros.

La expansión de Cortizo


1 Más de 700 millones

La facturación del grupo superó los 700 millones de euros en 2020 y la plantilla roza los 4.000 trabajadores.

2 Nueve centros de producción

Son tres en Padrón, dedicados a aluminio, PVC y componentes (herrajes, panel de composite, juntas y poliamida). Tiene también otro en Asturias, en Santa Cruz de Tenerife, Ciudad Real, Francia, Eslovaquia y Polonia.

3 Los proyectos inmediatos

Además de la nueva factoría de Chaves, Cortizo trabaja en ampliar su centro de PVC de Galicia y su Campus Tecnológico.


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