Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Stellantis Vigo regresa en medio de la crisis de microchips

Fase de pintura de las furgonetas en Stellantis Vigo. | Stellantis

Balaídos regresa hoy a la faena. La factoría del grupo Stellantis retoma la actividad tras las vacaciones estivales y en medio de la misma incertidumbre con la que cerró sus puertas hace más de tres semanas: la escasez global de microchips. Los fabricantes de estos semiconductores siguen intentando hacer frente a la alta demanda que provocó paradas durante todo el año en la planta de Vigo y en las factorías de prácticamente todo el mundo. Sin embargo, las proyecciones de todos los grupos de automoción siguen siendo pesimistas para lo que resta de año. De hecho, un estudio revela que solo en julio los pedidos de este componente alcanzaron una demora en la entrega de 20 semanas, una media de ocho días más respecto al mes previo.

La factoría viguesa vuelve a la faena tras haber logrado fabricar más de 270.000 vehículos en lo que de año, casi uno de cada cuatro coches “made in Spain”, tal y como publicó FARO antes de que la plantilla se fuera de vacaciones.

En julio se alcanzó el mayor plazo medio de entrega de los chips: 20,2 semanas

decoration

La cifra de producción se alcanzó en un contexto de crisis de abastecimiento de materiales críticos para la fabricación de vehículos como el acero, el plástico o, sobre todo, los microchips. El componente, vital para productos electrónicos como ordenadores, tablets o videoconsolas, vivió una demanda disparada debido a la pandemia. Con la reactivación de las factorías los productores se vieron incapaces de cubrir las exigencias del mercado, lo que llegó a paralizar plantas de la automoción como la de Balaídos.

Pese a que en un principio se esperaba que la situación mejorase en el segundo semestre del año, ahora todos los fabricantes rezan para que el desabastecimiento no se alargue también hasta bien entrado 2022.

Según publica Bloomberg, solo en julio el tiempo en el que un fabricante de chips logra cumplir con los pedidos que recibe asciende a 20,2 semanas de media. Los datos, recogidos por la firma Susquehanna Financial Group, reflejan que son ocho días más de retrasos respecto a junio y es el peor registrado desde que comenzó la pandemia y desde 2017, cuando comenzaron a monitorizar las entregas.

Ante esta situación Stellantis incluso está barajando cambiar los microchips que emplea para esquivar la escasez, tal y como explicó el propio CEO Carlos Tavares a finales del mes pasado. Por el momento, en Balaídos comenzarán a trabajar con normalidad.

Compartir el artículo

stats