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La desescalada saca cada día a 200 gallegos del ERTE y van 10.000 desde finales de marzo

El número de afectados se redujo en más de 2.100 en los primeros 11 días de mayo, hasta los 24.800 | Las ETT, construcción y educación lideran la recuperación laboral

Un trabajador en las obras de la Ciudad de la Justicia de Vigo. // Marta G. Brea

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se extenderán otros cuatro meses más cuando finalice el plazo actual en vigor el próximo 31 de mayo. No hay duda de eso porque todas las partes lo quieren. La cuestión es cómo. El mecanismo de “protección para empresas y trabajadores”, como recordaba la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante su visita a Galicia el pasado viernes, combina en estos momentos el modelo impulsado en el arranque de la pandemia –fuerza mayor o no– con otros cuatro tipos más concretos, adaptados a la evolución de la actividad y las posibles restricciones. El Gobierno se sentará otra vez con sindicatos y patronales la semana que viene tras entregarles una primera propuesta con la novedad de incluir incentivos para el retorno de las plantillas afectadas.

¿De qué manera? Reduciendo las exoneraciones en las cotizaciones a la Seguridad Social en los expedientes que se prolonguen y premiar al resto, siempre que la empresa tenga la posibilidad de hacerlo porque su negocio no está obligatoriamente cerrado. La nueva generación de los ERTE llegará con la economía en clara recuperación y el número de afectados por debajo de los 600.000 por primera vez desde el estallido de la crisis del COVID-19. Quedaban exactamente 598.729 a 11 de mayo en toda España, según los datos que acaba de actualizar el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, y 24.850 en Galicia.

La cifra más baja desde octubre

Solo en esos primeros días de mayo, los trabajadores inmersos en algún tipo de ERTE en la comunidad mermaron en 2.148, a una media diaria cercana a los 200. Desde octubre del pasado ejercicio no había en Galicia un volumen menor de empleados en parón o con la jornada reducida a causa del golpe del coronavirus. Se notan de forma muy contundente los efectos en el mercado laboral de la desescalada después de la tercera ola de contagios. Los afectados por ERTE bajaron en casi 10.000 desde finales de marzo.

Evolución de los afectados por ERTE en Galicia. // Hugo Barreiro

El momento más duro se vivió hace un año, cuando el Gobierno endureció las restricciones del primer estado de alarma con la hibernación de la economía en los festivos de Semana Santa para frenar la expansión del COVID-19. Los ERTE llegaron a más de 165.000 personas en Galicia. Los dos modelos de expedientes recogidos en el real decreto 30/2020 todavía suman a estas alturas 7.745 trabajadores: 4.951 por fuerza mayor y 2.794 en el resto de razones.

El mayoritario ahora es el ERTE por limitaciones –la actividad de la empresa no está paralizada, pero sí hay restricciones que le condicionan–, donde hay 10.888 empleados. Otros 4.605 están vinculados a expedientes específicos para negocios particularmente dañados por la situación, como sucede con el turismo y el ocio nocturno, y 416 en empresas que participan en su cadena de valor. Hay también 1.196 en ERTE de impedimento. Del total, 11.204 son trabajadores de la provincia de A Coruña; 8.423 de Pontevedra; 2.695 de Ourense; y 2.528 de Lugo.

La actualización del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social con los datos de los ERTE no detalla los afectados por sectores en cada autonomía, pero sí aporta esos datos en el conjunto del país. Seis actividades concentran el 67% de los empleados en algún tipo de expediente. Los servicios de comidas y bebidas aglutinan alrededor de 178.500; los alojamientos superan los 100.000; el comercio minorista ronda los 46.200 y los establecimientos mayoristas unos 31.200; agencias de viajes y operadores turísticos alcanzan los 22.800 trabajadores en ERTE; y las actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento tienen casi 22.000.

El ritmo de afiliación

El grupo de actividades donde más cuesta levantar un ERTE coincide en líneas generales con aquellas menos vigorosas en la creación de empleo en Galicia. Las afiliaciones a la Seguridad Social se situaron por encima del millón el pasado abril. La diferencia con marzo de 2020 es de solo 630, aunque respecto a los niveles previos al COVID-19 faltan por recuperar todavía alrededor de 10.400 altas laborales, según el balance del Instituto Galego de Estatística (IGE).

El mínimo de cotizantes se registró en abril del año pasado, coincidiendo con el periodo más estricto del confinamiento: 974.770. Tras un año entero de pandemia, los afectados por ERTE se desplomaron un 85% (en 140.188) y se crearon 27.224 empleos. El régimen agrario sumó 419 cotizantes, 256 el del Hogar y el del Mar perdió 169. El régimen general elevó las afiliaciones en 24.884 y los autónomos subieron en 1.834.

El empleo en Galicia durante el último año por sectores. // Hugo Barreiro

Teniendo en cuenta estos dos últimos regímenes, las actividades administrativas y los servicios auxiliares lideran la recuperación laboral. Las afiliaciones rebotan un 16%, prácticamente 9.000 más, por la vuelta a escena de las contrataciones a través de empresas de trabajo temporal, las ETT. Las cotizaciones en la construcción, animada por el revulsivo del mercado inmobiliario y las reformas, aumentaron un 7% (5.080); y un 8,8% (4.495) en educación para cumplir las medidas de seguridad en los colegios. Sanidad y servicios sociales tienen casi 3.500 empleados más que hace un año, lo que supone un incremento del 3,7%; 2.800 (6% de alza) ganó el transporte y el almacenamiento, en línea con el tirón en la logística y el online; y en las actividades profesionales, científicas y técnicas subieron las alta laborales un 5,3% (2.550).

La hostelería destaca en el furgón de cola del empleo en Galicia. Restauración y alojamientos acumulan una caída de 3.800 puestos de trabajo desde abril de 2020 y 10.200 menos que antes de la pandemia. De momento. El alivio de las restricciones es más que evidente en su caso. Desde febrero de este 2021, cuando tocó suelo en afiliaciones (61.186), el sector recuperó 3.271 empleos.

El salario medio sube por la destrucción de los empleos peor pagados


Es más que probable que en las próximas estadística sobre la evolución salarial a lo largo del año de la pandemia aparezca un dato que, a priori, llame la atención de todos. Que pese al infierno sanitario y económico hasta que la vacunación aceleró y encienda, como está ocurriendo, la luz al final del angustioso túnel, el salario medio en España haya subido. Es cierto. Un 2%, nada menos, según los datos que maneja la Agencia Tributaria a partir del rendimiento bruto medio en el capítulo de rendimientos del trabajo del IRPF del primer trimestre de este año en grandes empresas y pymes. El incremento es “muy elevado” por “el efecto composición consecuencia de la mayor pérdida de empleo que se produce en actividades con un menor nivel salarial”. El balance, anterior a la desescalada, confirma “la moderación de las pérdidas” en el número de perceptores de rendimientos de trabajo (un 7,4%), “aunque con una intensidad inferior a la observada en trimestres anteriores”. “La evolución siguió condicionada por el efecto de los ERTE –señala el organismo– y por el mayor impacto de las restricciones a la actividad en las pymes”.

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