La pandemia deja todas las posibles predicciones económicas en el aire y con un interrogante.
Si hace unos meses se pronosticaba que a estas alturas del 2021 ya estaríamos ante una senda de recuperación, la tercera ola desbanca todos los vaticinios y golpea de nuevo al tejido empresarial gallego, especialmente a esos sectores más afectados por las restricciones para contener el avance del COVID.
Entre diciembre y febrero, el coronavirus se dejó por el camino a 981 empresas en Galicia, quedando 78.550 compañías registradas en la Seguridad Social a cierre de febrero. El segundo mes del año recoge una contracción del 3,9% en el número de negocios en el territorio gallego, en términos interanuales. Tal descenso solo se superó durante los meses de confinamiento más severo, entre marzo y junio, con declives que superaron el 6%.
Las cifras de la segunda ola en Galicia recogen una destrucción de tejido empresarial en la misma línea de los últimos meses. Entre octubre y diciembre desaparecieron 1.250 empresas. Esta última tanda de medidas para contener el coronavirus en el territorio gallego se ha ensañado especialmente con el sector servicios. Los cierres perimetrales, la restricción de la actividad hostelera al take away, la reducción horaria del comercio o las persianas bajadas de los centros comerciales en fin de semana se han traducido en un goteo de 17 empresas diarias. Dicho de otra forma, entre diciembre y febrero desaparecieron 1.025 compañías del sector servicios.
Como cabe esperar, los negocios más afectados han sido cafeterías y bares, apunta el presidente del Clúster de Turismo, Cesáreo Pardal. También se encuentran en esta lista restaurantes y locales de ocio nocturno, complementa César Sánchez-Ballesteros, presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos)
La organización preveía un cierre del 30% del sector hostelero, que arrastra un desplome de la facturación de en torno al 70%. Un golpe que contienen medidas como las “insuficientes” ayudas a las empresas, los ERTEs o la moratoria concursal impulsada por las administraciones.
“Están retrasando las cifras reales de la pandemia. La obligatoriedad de presentar concurso se ha dilatado en el tiempo"
Además, las restricciones a la hostelería impulsaron los ERTE un 50% el pasado febrero, cuando la cifra se elevó hasta los 46.665 empleados.
La capacidad de resistencia del sector hostelero depende, en parte, de si el dueño del negocio es propietario del local o paga un alquiler y los 11.000 millones de euros en ayudas directas del Gobierno “llegarán tarde”, coinciden ambos expertos. “De aquí a verano aún quedan tres meses difíciles”, indica Pardal. El presidente del Clúster de Turismo se aferra a un pronóstico optimista para los meses estivales, que se apoya en el avance ágil de la vacunación y toma como referencia el mismo periodo del pasado año. “Los cierres perimetrales son un cierre encubierto del sector turístico en general”, critica Sánchez-Ballesteros.
La otra cara de la moneda
La mayor contracción se encuentra en la provincia de A Coruña con 383 compañías menos, seguida por Pontevedra, con 329. En el caso concreto del sector servicios se replica la situación, las restricciones se llevan por delante 406 compañías en la primera de las provincias y 337 en la segunda. La destrucción de tejido empresarial dista y mucho, si se trata del sector agrario o del industrial, con 70 y 20 compañías menos. Y, como caso paradigmático el de la construcción, sector en el que el número de empresas ha ascendido en 134 en los últimos dos meses.
