El polo de automoción de Kénitra, vinculado con Vigo a través del Grupo PSA, crecerá en al menos un millón de metros cuadrados para acoger a nuevos fabricantes de componentes. La zona franca de Kénitra, rebautizada como zona de aceleración industrial (ZAI) pero con las mismas ventajas que un recinto aduanero, ya está al máximo de su capacidad con la factoría de PSA y medio centenar de proveedores, entre los que hay varios vigueses, por lo que se ha acordado su ampliación en 96 hectáreas.
Esta tax free zone fue inaugurada en 2012 y se configuró en torno a la planta de PSA, que comparte plataforma industrial con la de Vigo. En la actualidad acoge a 49 empresas que emplean a más de 36.000 trabajadores, con una tasa de ocupación del 94%. Con la ampliación, se da por seguro que nuevos fabricantes de componentes del universo PSA se instalarán en el país magrebí por su competitividad en costes y ayudas fiscales.
El grupo que preside Carlos Tavares decidió duplicar ya este año su producción hasta los 200.000 coches, adelantándose tres años a sus previsiones iniciales, lo que da una idea de la apuesta decidida de la multinacional automovilística francesa por este centro que emplea en la actualidad a más de 4.000 trabajadores directos y que además de turismos (el Peugeot 208) fabrica distintas motorizaciones para consumo interno y exportación a otras factorías europeas, sobre todo a las del clúster ibérico: Vigo, Villaverde, Zaragoza y Mangualde (Portugal).
El centro de Kénitra, que arrancó con el montaje de motores a finales de 2018 y con el de automóviles el pasado julio, representa una de las principales amenazas en términos de competencia para la planta de Balaídos y a la vez, una oportunidad, tanto para PSA-Vigo como para el conjunto del sector gallego de automoción. Amenaza porque, como ya advirtió hace casi cinco años el exdirector de la factoría gallega Yann Martin, Kénitra es imposible de superar en costes –tanto en mano de obra como costes fijos, a lo que hay que sumar las ayudas estatales a la industria– y ha nacido con vocación exportadora, como lo demuestran los Peugeot 208 que ya se descargan en la terminal Ro-Ro de Bouzas.
