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El naval gallego cerró pedidos por 550 millones en 2018, el mejor año de la última década

Los astilleros de Vigo y Pontevedra lograron 15 contratos, el doble que los de País Vasco y Asturias juntos -Equivalen a más de cuatro millones de horas de carga de trabajo

Hugo Barreiro

La construcción naval gallega amarró el año pasado 15 nuevos contratos, según el balance de la Secretaría General de Industria y Pyme, y alcanzó con ellos el mayor volumen de actividad (medida en CGT, compensated gross tones o arqueo bruto compensado) de la última década. Los pedidos suman un importe de 550 millones de euros, de acuerdo a la información aportada a FARO por Pymar, sociedad que agrupa al grueso de los astilleros privados de España. A excepción de Factorías Vulcano -pendiente de un acuerdo para retomar y terminar la construcción del ferri Villa de Teror- y Cardama -centrada en mantenimiento, refit y reparación-, todos los astilleros firmaron pedidos nuevos. Los quince de Galicia duplicaron además la actividad contractual conjunta de País Vasco y Asturias, con cinco y tres encargos nuevos, respectivamente. En total el naval gallego tenía en cartera 27 unidades con 251.880 CGT, un 76% superior al del año 2017; en comparación con la crisis del tax lease, la actividad se ha multiplicado por cuatro. Los nuevos pedidos equivalen a 4,2 millones de horas de trabajo para la industria.

Hijos de J. Barreras fue la atarazana que más elevó, en carga de trabajo (CGT), los niveles de actividad del sector. El astillero presidido por José García Costas puso en vigor tres unidades: los cruceros Polaris y Pollux, para la naviera noruega Havila Kystruten, y un ferri para Armas. A finales de año está prevista la entrega del Azora, el crucero de ultralujo encargado por The Ritz-Carlton Yacht Collection. Este último buque es la construcción 1705 de la compañía, y el de Armas será el 1708; García Costas confía en poder anunciar la firma de otros dos cruceros para The Ritz este mes.

En número de unidades contratadas fue Armón Vigo el astillero más destacado, con siete nuevos barcos (y 16.759 CGT). A excepción de un buque de investigación costera para los argentinos del Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero (Inidep) -que ya había asignado a la misma compañía la construcción del oceanográfico Víctor Angelescu-, los demás encargos fueron pesqueros. El registro del Ministerio no ha computado, eso sí, la entrada en vigor del primero de los tres marisqueros para la filial de Nueva Pescanova en Mozambique. Sí figura el que se convertirá en el segundo mayor crucero a vela del mundo, bautizado ya como Sea Cloud Spirit y encargado por la alemana Schiffahrts-Gesellschaft (Sea Cloud Cruises) a Metalships & Docks. Tendrá 136 metros de eslora y capacidad para 135 pasajeros; se entregará el año que viene.

Freire Shipyard ocupó el tercer lugar con mayor volumen de actividad de sus nuevas contrataciones. El centenario astillero puso en vigor una patrullera de 42 metros para Kuwait y un oceanográfico de otros 69 metros para la Royal Belgian Institute of Natural Sciences (RBINS). Sumaba a cierre de ejercicio otras tres unidades en cartera. El balance del Gobierno tampoco recoge los encargos recién firmados por Nodosa Shipyard, dos arrastreros congeladores con los que las viguesas Rampesca y Pescapuerta continuarán con el proceso de renovación de flota de la pesca gallega. Firmó dos contratos el pasado ejercicio, a sumar a los cuatro que ya tenía en cartera.

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