El envejecimiento de la población, la pérdida progresiva de fuerza laboral y la reducción de los ingresos desequilibra cada vez más la balanza entre los gallegos que trabajan y aquellos que dependen de una pensión. El reto demográfico en la comunidad es conocido, pero se hace aún más evidente con datos como los conocidos ayer. Entre 2010 y 2014 Galicia perdió al día una media de 54 asalariados (99.623 en esos cinco años), a la vez que incorporaba seis nuevos pensionistas cada 24 horas. Una realidad que toma un cariz más preocupante si se tiene en cuenta que, además de las personas que ingresan una pensión, el sistema público también abona prestaciones por desempleo. A cierre del pasado ejercicio la comunidad tenía 968.376 asalariados y 770.613 pensionistas. Si se añaden los perceptores de subsidios (134.783), el resultado es que en Galicia solo hay 62.980 trabajadores más que la suma de pensionistas y beneficiarios de alguna prestación.
La Agencia Tributaria publicó ayer el informe del Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias relativo a 2014, que ofrece una radiografía de cómo han evolucionado los ingresos de asalariados y pensionistas. El salario medio de los trabajadores gallegos por cuenta ajena -no los autónomos- volvió a retroceder después de una ligera subida experimentada en 2013. Según la estadística oficial, los ingresos anuales declarados al fisco fueron de 17.729 euros, 41 menos que el ejercicio anterior (-0,23%) y 691 euros por debajo de la media española. Siete comunidades registraron salarios inferiores a los de los gallegos: Andalucía, Islas Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y la Comunidad Valenciana. La retribución media más elevada, con 24.576 euros anuales, correspondió a Madrid.
En 2010 Galicia tenía 1.067.999 asalariados, de acuerdo a la Agencia Tributaria, que ingresaban de media 18.314 euros al año. Desde entonces la cifra de trabajadores ha descendido un 9,33%, y sus ingresos un 3,2%. Si a esto último se le añade que el coste de la vida (IPC) en los mismos cinco años se incrementó un 9,4% en Galicia -por encima de la media-, los asalariados se dejaron más de doce puntos de poder adquisitivo en apenas un lustro.
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El trabajo
Al margen del disponer o no de un empleo, tanto para el bolsillo de cada asalariado como las arcas públicas no es lo mismo un trabajo parcial que uno de jornada completa, o una retribución de 645 euros mensuales (el salario mínimo fijado para 2014) que otro de 6.450 (que percibieron 4.005 gallegos el año pasado, según Hacienda). Cada vez es mayor el número de profesionales cuyos ingresos no superan el SMI, y representan ya el 31,05% del total de asalariados de Galicia. En 2010 los gallegos que cobraban como máximo el salario mínimo -fijado entonces en 633,30 euros al mes- era de 288.280, el 26,99% del total, y este porcentaje no ha dejado de subir. En 2011 pasó al 28,11%, por el 29,56% de 2012 y el 30,88% de 2013. El año pasado, por primera vez en la serie histórica disponible, más de 300.000 trabajadores gallegos no ganaron más de 645 euros mensuales.
Esta caída en los ingresos por parte de los asalariados se vio compensada por el incremento de las pensiones, de 228 euros entre 2013 y 2014. Si tomamos el lustro como referencia, el número de pensionistas se elevó en Galicia un 1,49% (11.314 personas), y sus ingresos medios otro 13,19%. En 2010 percibían 10.428 euros anuales, pero el ejercicio pasado cobraron de media más de 11.800. La explicación radica en la jubilación de profesionales con elevadas retribuciones, no en la revalorización de las pensiones, que se han visto prácticamente congeladas como consecuencia de la crisis.
