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Los símbolos de la patria esconden historias políticas y de creencias

Religión, ideología, el drama de la emigración y leyendas supersticiones arraigadas en la tierra inspiran los iconos que nos identifican

Los símbolos de la patria esconden historias políticas y de creencias

Los símbolos de Galicia son de sobra conocidos por su población, ya sean los más obvios y oficiales o los interiorizados en la identidad del pueblo. Los aspectos que explican ese arraigo son desconocidos para la mayoría de los habitantes de la comunidad, que ignoran cuestiones como la manera en qué calaron en la memoria colectiva uniendo a hombres y mujeres de condiciones y creencias dispares.

La historia que se esconde bajo nuestros iconos combina religión, política y el drama de la emigración con leyendas y supersticiones arraigadas en la tierra. Aunque algunas incógnitas permanecen sin despejarse, un análisis de la procedencia de estos símbolo nos ayuda a comprender mejor porqué nos sentimos identificados en su presencia.

La bandera

La bandera de Galicia sufrió numerosas transformaciones hasta definir su formato actual. En la Antigüedad, su uso estaba estrictamente reservado a la guerra; tal vez por eso la enseña blanca original pasó a teñirse de rojo sangre para después recuperar el blanco original con el que los regionalistas identificaban al pueblo gallego frente a la bandera predominantemente roja de España.

Ya en el siglo XVII, la bandera gallega imitaba el color blanco del escudo en numerosas publicaciones, incluyendo también el copón amarillo y las cruces plateadas.

Pero el emblema tal y como lo conocemos ahora no surgió hasta el siglo XX, cuando se introduce la polémica banda celeste que los nacionalistas defendieron con ardor. Primero la adoptaron los emigrantes para más tarde ser reconocida por la Galicia peninsular.

Según la creencia popular, los emigrantes que embarcaban rumbo a América relacionaban el azul con las mayoría de las banderas de los países a los que recalaban, por lo que mezclaron el blanco de su patria con el azul de la que le acogió. Otras versiones atribuyen la banda celeste al mar de Galicia o al cruce del río Miño por la comunidad gallega, aunque el curso transcurre en la dirección contraria a la reflejada.

Santo Grial

El primer escudo de Galicia data del siglo XV y consistía en un sencillo copón, aunque el cáliz como Santo Grial ya aparecía documentado siglos antes. La pérdida de fuerza expresiva durante el Renacimiento provocó que el copón fuese sustituido por el cáliz, conservando el pan eucarístico para reforzar el mensaje anterior.

La custodia apareció en el siglo XVII, aludiendo al privilegio de exponer constantemente el Santísimo Sacramento en la catedral de Lugo. Luego se añadió al cáliz de oro y a la hostia de plata sobre un fundo oscuro seis cruces primero ribeteadas) que sumarían una para simbolizar las siete ciudades del Reino de Galicia. Presidía el conjunto la ornamentada corona, aprobándose esta versión en 1972 de la mano de la Real Academia Galega.

El himno

Pondal nombraba “Fogar de Breogán” a la tierra en su poema “Os Pinos”, aludiendo a las raíces celtas que tanto fascinaron al Bardo de Galicia. De sus versos derivaría la letra del himno gallego, cuya música es obra de Pascual Veiga. La iniciativa del himno como tal fue fruto de un emigrante, Fontenla Leal, y no se estrenó en Galicia, sino en La Habana en 1907.

Conservando el sentido del poema, el himno no es sólo un canto a la grandeza de Galicia, también una llamada al pueblo para que no olvide las injurias del pasado y despierte de su “sueño”, emprendiendo el camino a la libertad. Curiosamente, la única polémica en torno al himno se dio por la limitación de versos, de modo que algunos entonan la versión abreviada y otros se decantan por la ampliada, que contempla más estrofas del poema de Eduardo Pondal.

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