El escaparate de los libros leídos

Entre el mes de libro y a las puertas de las Letras Galegas encontró su espacio la I Feria Infantil del Libro de Segunda Mano de A Estrada, convocada por el establecimiento Pintaletras, que brindó su espacio de manera gratuita a todos los niños que, por un día, quisieron convertirse en libreros en un certamen de libros leídos. La idea era posibilitar “una segunda vida a todos esos tesoros escondidos y olvidados en las bibliotecas familiares”, tal y como se remarcó desde el establecimiento organizador.

El espacio era limitado, así que se hizo necesario que los expositores reservasen su puesto previamente. No se les pedía compensación económica alguna por instalarse, pero de ellos dependía la organización de sus títulos, la colocación de los precios que estimasen conveniente y asumir la atención y venta al público que secundó la convocatoria. Y lo hicieron con total desparpajo y soltura.

Algunos jóvenes libreros llevaron hasta estas instalaciones esos libros que leyeron hace tiempo y que ahora quieren ofrecer a otros jóvenes lectores, algunos pensando específicamente en aquellos que se inician en la aventura de la lectura. Otros incorporaron también a su espacio títulos pensados para el público adulto, libros donados por las familias para enriquecer la variedad de estos jóvenes expositores estradenses.

Fue todo ganancia porque, si nada pagaban por exponer, todo lo obtenido con la venta de sus libros de segunda mano fue a parar al bolsillo de los propios vendedores. La feria se organizó solo en horario de mañana, de 10.00 a 14.00 horas. Cada librero tuvo que aportar su mesa y su silla, corriendo por cuenta de Pintaletras la animación de la feria, que consistió en un photocall con Sky, de Patrulla Canina, y un taller de elaboración de marcapáginas para que los niños que visitaron la feria pudiesen elaborar un regalo que entregar como regalo, hoy, en el Día de la Madre.

No es la primera vez que la firma Pintaletras ofrece una alternativa de este tipo para los pequeños emprendedores. También en Navidad brindó sus instalaciones para un mercado navideño en el que los niños pudieron meterse en la piel de artesanos y vendedores, ofreciendo al gran público sus creaciones. A la iniciativa de ayer su sumó, además, la oportunidad de descubrir cómo esos libros que tanto entretuvieron son billete ahora para que viaje un nuevo lector. El público tuvo la oportunidad, por su parte, de encontrar títulos de lo más interesante por precios reducidos.