El 80% de las muertes atribuidas al humo del tabaco en mujeres gallegas son en no fumadoras

Una investigación de la USC analizó 281 fallecimientos de personas de 35 y más años entre 2016 y 2021

Lorena Rey

Un estudio desarrollado por investigadores del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidade de Santiago concluye que en la comunidad gallega la exposición al humo ambiental del tabaco (HAT) causó 281 muertes en población de 35 y más años en el periodo 2016-2021 (170 en hombres y 111 en mujeres). A nivel nacional, la cifra asciende hasta las 4.970 muertes por esta causa, 3.423 en hombres y 1.547 en mujeres.

Con respecto a otras comunidades autónomas, Galicia “no está entre las peor paradas, pero tampoco entre las mejores”. Julia Rey Brandariz, doctora en Epidemiología y Salud Pública por la USC, y una de las investigadoras de este estudio que dirige Mónica Pérez Ríos, cuenta a “El Correo Gallego” que según la tasa bruta de mortalidad estaría en la posición número 8 de las 17 comunidades autónomas. Con respecto al sexo, en hombres está en mejor posición, en la número 11, pero en el caso de las mujeres se situaría en la posición número 4 de mayor tasa de mortalidad por la exposición al HAT.

En la comunidad gallega, el 70,5% (198 muertes) de las muertes atribuidas a la exposición al HAT ocurrieron en población no fumadora; es decir, personas exfumadoras y nunca fumadoras. Por género, en hombres sería un 64,7% de no fumadores y en mujeres ascendería al 79,3%. “En el caso de los hombres se explica por los exfumadores, y en mujeres por las nunca fumadoras. Son suposiciones, tampoco podemos decir a ciencia cierta que sea así”, reitera.

Se trata de un porcentaje que baja hasta el 62,1 por ciento a nivel nacional (3.086 muertes). Sobre esa peor situación del género femenino ofrece una “probable” explicación. “Muchas mujeres gallegas, especialmente de edad avanzada y nunca fumadoras, estuvieron durante muchos años muy expuestas al humo del tabaco de sus convivientes, el humo pasivo, ya que era muy común que los hombres fumaran”, asegura Julia Rey, mostrando que cuando desglosaron los datos en función del consumo de tabaco vieron que quien se llevaba la peor parte eran las mujeres nunca fumadoras.

De las 280 muertes totales, por cáncer de pulmón en varones se produjeron 66 y y por cardiopatía isquémica, 104. Fallecieron 28 mujeres por cáncer de pulmón y 82 por cardiopatía isquémica. En palabras de la investigadora, “no son cifras elevadas si las comparamos con las de consumo”, teniendo en cuenta que se analiza la exposición al humo del tabaco.

Julia Rey destaca que en el momento en el que empezaron a trabajar en este tema solo había dos estimaciones realizadas a nivel de toda España, una para el año 2002 y otra para 2011. Se trataba de datos desactualizados y, además, “nunca se había hecho a nivel de comunidad autónoma”.

En un principio el equipo de investigación se había centrado en analizar la mortalidad atribuida al consumo de tabaco. “Utilizábamos técnicas estadísticas que nos permitían llegar a un buen nivel de precisión de los datos, lo que hizo que tomáramos la decisión de empezar con el humo ambiental del tabaco”, señala la investigadora.

Otro de los motivos de llevar a cabo el presente estudio es el plan antitabaco, en el que trabaja el Ministerio de Sanidad, que propone prohibir fumar y vapear en “determinados espacios comunitarios y sociales al aire libre”.

El estudio se desarrolló a lo largo del año 2023 y se publicó en la Revista Española de Cardiología. Sobre las conclusiones obtenidas, Julia Rey asegura que las muertes por exposición al humo ambiental del tabaco “parece que están descendiendo”. Aún así, valora que son cifras importantes “al fallecer gente por el simple hecho de estar expuesta, produciéndose la mayor cantidad de muertes en gente no fumadora. A pesar de que en comparativa con estimaciones previas a nivel de España se puede hablar de un descenso, “diariamente se siguen muriendo dos personas, y son muertes totalmente evitables”.

El propósito de la investigadora es continuar actualizando los datos “porque si van a entrar nuevas medidas legislativas en vigor, hay que ver si van a funcionar a corto y largo plazo, y una forma de hacerlo es ir monotorizando la mortalidad atribuida al consumo de tabaco y la exposición al humo”. De esta manera, confía en ir dando actualizaciones en la medida en la que vayan obteniendo datos.