Fontao demanda, una vez más, una puesta a punto

El poblado minero luce bancos de madera podridos, porterías de fútbol con las redes rotas y hasta colchones a modo de cierre

Los bancos colocados en los jardines tienen varios tablones podridos e incluso suelto en su base.

Los bancos colocados en los jardines tienen varios tablones podridos e incluso suelto en su base. / S.S.

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

A finales de 2022, y tras casi siete años de insistencia por parte de la asociación Minas da Brea, ante el anterior gobierno popular, el gobierno de Xuntos polo Noso Concello reparó el parque infantil del poblado minero de Fontao, uno de los seis núcleos con más habitantes del municipio. Pero queda mucho, mucho más por hacer en un enclave que tiene un inmenso potencial turístico debido a su vinculación con la explotación de wolframio durante la II Guerra Mundial.

La red de las dos porterías del 
campo de fútbol está rota.   | // S.S.

Dos colchones hacen las veces de muro en uno de los accesos al poblado. / S.S.

De hecho, en el antiguo cine funciona desde 2012 el Museo da Minería, en manos de la administración local, igual que la iglesia y las antiguas escuelas. Pero la falta de personal que lo atienda –desde el gobierno de Luis Taboada se prevé solventar en breve la situación con un conserje– dificulta su visita, como me ocurrió a mí esta Semana Santa. Así que tocó dar un paseo entre los bloques de viviendas, antaño residencia de los trabajadores de la mina y de los que tareas como el pintado no corresponde al Concello, sino al Instituto Galego de Vivenda e Solo, ya que son viviendas de protección.

Las hierbas cubren el acceso 
desde el Museo da Minería.   | // S.S.

Las redes de las dos porterías están rotas. / S.S.

No es recomendable subir desde el Museo da Minería por las escaleras del lado derecho a esos bloques de vivienda, dado que están semicubiertas por la hierba. Lógico después de un invierno que también ha causado destrozos en los bancos de madera, colocados en los jardines al pie de las distintas filas de inmuebles. Estos bancos tienen elementos ya sin pintura y en algunos casos semipodridos. Ocurre lo mismo con las señales de madera que, junto al parque infantil, indican la distancia a la que quedan varias ciudades. Solo se puede leer que París está a casi 1.200 kilómetros de Fontao.

Un par de colchones hacen las 
veces de muro en una de las
 entradas al poblado minero.   | // S.S.

Las hierbas ocultan unas de las escaleras de acceso al poblado desde el Museo da Minería.. / S.S.

Hablábamos antes de los niños y niñas del poblado que por fin disponen de un parque infantil de condiciones. No ocurre lo mismo con el campo de fútbol: las dos porterías tienen sus redes rotas, así que igual tienen que echar una carrera detrás del balón si les marcan gol. Y para rematar con este rosario de necesidades que urgen resolver antes de la próxima visita de cualquier turista, en una de las entradas al poblado minero un par de colchones sirven de cierre en el hueco entre un muro de bloques y un lateral ya semidevorado por la maleza.

Sobra decir que estas labores de acondicionamiento se demandan por registro con cierta periodicidad, desde la asociación Minas da Brea, y ya al anterior gobierno del PP. Hace falta, como vemos, limpiar maleza y reparar mobiliario, pero también tapar el cableado de algunas farolas, y que supone un auténtico peligro.

En las señales indicadoras ya
solo se lee la distancia a la que
queda París.   | // S.S.

En las señales ya solo se lee la distancia a la que queda París. / S.S.

Deberes pendientes en Merza

La puesta a punto de este enclave patrimonial, tanto a nivel arquitectónico como histórico, es tan necesario como las labores de puesta a punto del área recreativa de A Carixa, en Merza. Los arrastres de tierra del Deza por culpa de las borrascas aún podían verse en sus piscinas. Y, como indicaron días atrás tanto el BNG como el club de pesca deportiva Río Deza, el césped artificial que se había colocado en verano terminó varios metros más abajo, colgado en las copas de los árboles.

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