El Clínico, pionero en Galicia en terapia canina para niños gracias a la Fundación Andrea

“El beneficio para los pequeños es inmediato, se levantan enseguida, los estimula”, aseguran

Koro martínez

De la mano de la Fundación Andrea, que sufraga e impulsa íntegramente este proyecto, el Hospital Clínico compostelano se ha convertido en el primero de Galicia en ofrecer un servicio de terapia asistida con perros para niños ingresados. La iniciativa, dirigida por María Sabell y que cuenta con la colaboración de la entidad Só lles falta falar, es una demanda que “llevábamos pidiendo hace muchos años y con la que estamos muy ilusionados porque el beneficio que supone para los pacientes es inmediato, ves enseguida que los niños se levantan, que los estimula”, asegura.

Y es que se trata de favorecer la estimulación afectivo emocional de los participantes, reforzando la empatía y relación a través del contacto con los animales, buscando unos beneficios terapéuticos mientras dure su ingreso hospitalario. Algo que han comprobado ya en numerosas ocasiones fuera de los recintos hospitalarios, puesto que “lo hemos hecho en otras instituciones y entidades, y siempre ha funcionado muy bien”.

Especialista en conducta animal con más de dos décadas de trayectoria, coordina unas visitas que arrancaron hace dos sábados y que se extenderán a lo largo de todo el año, con el apoyo de la gerencia del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y de los profesionales de Pediatría. “Estamos en la primera fase dentro del soporte terapéutico, con el programa de visitas para evaluar las necesidades de los participantes y después seguir desarrollando esa labor que nos marquen los médicos de las especialidades con cada uno de ellos, puesto que no nos va a decir lo mismo el de medicina interna que el de oncología o el de psiquiatría, y el proceso va a ir adaptándose sobre la marcha, en base también a la evolución que experimenten los niños”.

En el caso del Clínico, las sesiones se realizan durante dos horas con un máximo de cuatro perros, siempre acompañados de su guía y de la propia Sabell, y en ellas los niños hospitalizados pueden interaccionar con los animales, mientras integrantes de Pediatría analizarán su desarrollo para adaptar el proyecto a las necesidades individuales.