El PP pide que se aplace la inauguración del concello porque “no está terminado”

Sostiene que no se puede abrir porque falta el certificado de fin de obra y la recepción | Alerta del peligro del cambio de la cubierta por otra más pesada para ahorrar costes

José Ramón Abades López, María Jesús Rodríguez Lastres, Ignacio Maril Pardo, Edicta Crespo Bravo e Iván Calvo Fernández, ayer, delante del edificio que se convertirá en casa consistorial.

José Ramón Abades López, María Jesús Rodríguez Lastres, Ignacio Maril Pardo, Edicta Crespo Bravo e Iván Calvo Fernández, ayer, delante del edificio que se convertirá en casa consistorial. / xAN sALGUEIRO

Xan Salgueiro

Xan Salgueiro

El nuevo consistorio de Silleda no puede utilizarse como tal ni recibir visitas porque todavía no está terminado y no ha sido recepcionado oficialmente, ni cuenta con el certificado de fin de obra. Es el principal argumento que esgrime el Partido Popular para instar al aplazamiento del acto de inauguración previsto para el sábado. También alerta de “irregularidades” tanto en la contratación como en la ejecución de la obra, por lo que solicita la convocatoria urgente de un pleno extraordinario con la comparecencia del alcalde, Manuel Cuiña, para que dé explicaciones sobre una “situación que se está tornando cada vez más grave a la vista de los distintos informes técnicos”.

Los cinco ediles del PP comparecieron ayer para alertar del “auténtico despropósito” en que, a su juicio, se ha convertido esta obra. Piden que se dejen sin efecto los modificados aprobados en sendos plenos extraordinarios celebrados el 1 y 18 de septiembre y en el ordinario del día 28. Ponen en entredicho los motivos dados para efectuar estos cambios que ya estaban ejecutados meses antes de que se aprobasen y “sin informes técnicos” que los avalasen. “En todo momento se negaron a traer informes técnicos”, lamenta su portavoz, Ignacio Maril.

Al caer en saco roto sus solicitudes de informes técnicos y documentación sobre la obra, los populares recurrieron a la opinión de cuatro arquitectos. Una de las cuestiones que les plantearon fue el cambio de la cubierta de CLT (madera contraminada) proyectada por otra de forjado colaborante, aprobado por el pleno municipal a propuesta de la dirección de obra, al entender que la estructura del edificio no soportaría el peso de la diseñada por Abraham Castro y Carlos Pita. “Nuestra sorpresa es que los técnicos nos dicen que esa solución es más pesada que la inicial. Es decir, nos encontramos con que el Concello hace un modificado porque dice que tiene que aligerar la cubierta y, al final, resulta que la solución propuesta es más pesada que la inicial”, expone Maril. Y la diferencia es sustancial, según le manifestaron los arquitectos consultados, “todos sin excepción”: mientras el peso del CLT oscila entre los 40 y los 120 kilos por metro cuadrado, dependiendo de su grosor, la chapa colaborante está entre 180 y 200 kg, en función del hormigón que lleve. De este modo, el peso total de la cubierta pasaría de 30 a 60 toneladas. Por tanto, “si estaba en riesgo la estructura del edificio con el peso inicial, ahora lo está más aún”, advierte el edil, que alerta del peligro que supone. “O nos engañaban cuando decían que la estructura no aguantaba, o la directora de obra adoptó la solución errónea para lo que había”, arguye.

El grupo municipal del PP entiende que “los datos son lo suficientemente graves” para dejar sin efecto los acuerdos plenarios en los que se autorizaron las modificaciones. “Se intenta hacer una inauguración para convalidar por la vía de los hechos lo que ya está ejecutado”, denuncia Ignacio Maril, que carga contra el PSOE y también contra el BNG –votó a favor de los cambios–, a los que acusa de haber “mirado más por los intereses de la empresa que por los de los vecinos”. En este sentido, dice que la cubierta instalada es mucho más barata. “Ejecutaron una cubierta que pesa el doble con la única intención de que la empresa ahorre el 50%”, manifiesta. Indica que el coste de la madera contraminada no baja de 110 euros por m2, mientras que la chapa colaborante apenas rebasa los 60 euros.

La empresa tampoco cumplió el plazo estipulado, pues la obra tendría que haber finalizado en junio. “No se hizo ningún requerimiento y, a día de hoy, aún está ejecutada al 90%”, afirman los populares, que solicitan al Concello que tome medidas e imponga sanciones por el retraso y los incumplimientos. Si bien las modificaciones no han supuesto un incremento de costes, Maril entiende que no solo se han rebajado las calidades del proyecto original, sino que tampoco se han acometido las mejoras con la que la UTE Corega-Coviastec ganó el concurso. Pone como ejemplo el acondicionamiento de la parte trasera, donde se ubica el aparcamiento, que está siendo ejecutada por personal municipal. “Preservan los intereses de la empresa a costa de jugar con el dinero de todos los vecinos”, concluye.

“Durísimo” informe del técnico municipal

El PP da a conocer un “durísimo” informe emitido por el técnico municipal el pasado 23 de octubre en relación al traslado de las dependencias al nuevo consistorio, en el que advierte de que “no se puede recepcionar la obra por los incumplimientos y porque no está totalmente ejecutada”. Según los populares, el escrito de Lino Doporto también cuestiona la reformulación de espacios interiores sin informe técnico acreditativo y alude a la falta de tomas de corriente o de datos.

Lucernario

El PP alude también a una resolución de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la que se habría hecho caso omiso con la aprobación del último modificado del proyecto. Se refiere a la ubicación del lucernario, que el organismo autonómico proponía mover a la derecha de la cubierta –vista desde la fachada– por una cuestión de continuidad estética con los edificios colindantes. “Dicen que no era viable técnicamente, cuando la planta es simétrica, con lo que se podría mover para cualquier punto de la cubierta –afirma Maril–. Pero la verdad es que no se responde a Patrimonio porque la obra ya estaba ejecutada”.