Los pisos turísticos siguen en expansión en las comarcas y ofertan casi un millar de plazas

Son más de la mitad de las que aglutinan hoteles, pensiones y casas rurales | Agolada y Dozón son los únicos concellos sin negocios | En cinco años se pasó de 37 a 127 alojamientos, de los que 38 operan en A Estrada

Interior de uno de los alojamientos turísticos que la firma Adeinés tiene en A Estrada.

Interior de uno de los alojamientos turísticos que la firma Adeinés tiene en A Estrada. / alfonso loño

Hace doce años la Xunta regulaba el funcionamiento de las viviendas particulares destinadas a alojamiento, normativa que fue ampliada en 2017. Al año siguiente, en las comarcas, ya funcionaban un total de 37 viviendas turísticas o viviendas de uso turístico, que colocaban en el mercado 236 plazas. Solo cinco años después en los registros oficiales están inscritos 127 establecimientos con capacidad para 937 personas.

El bum de esta clase de negocios es llamativo en Deza y Tabeirós-Montes, geodestino gallego que no está entre los más demandados sino en la parte baja, pero con las rutas jacobeas como elementos dinamizadores del turismo y de la actividad económica. Los inmuebles turísticos superan con mucho en plazas a los 16 hoteles que funcionan en las comarcas, que aglutinan 702 camas o las 464 disponibles en las 31 pensiones. La administración autonómica distingue entre apartamentos de turismo, viviendas turísticas y viviendas de uso turístico. La Xunta define las viviendas turísticas como casas con un número de plazas no superior a 10, equipadas para vivir y cocinar, con un plazo máximo de alquiler de 3 meses. Mientras, las viviendas de uso turístico el período tope es de 30 días. Asimismo, existe la figura de apartamento turístico que, en las comarcas, cuya oferta en las comarcas se limita a uno existente en Lalín, con 14 plazas y a otro en Cerdedo-Cotobade con capacidad para 82 huéspedes.

A Estrada es el municipio de las comarcas donde se concentra la mayor oferta, pues en sus 5 viviendas turísticas y las 33 de uso turístico hay 307 plazas. Estos números contrastan con los que muestra, sin ir más lejos, Lalín, donde no constan altas de pisos turísticos y los 16 con permiso son viviendas de uso turístico, que tienen capacidad para 91 huéspedes. En Silleda entre ambos establecimientos suman 20, con un total de 113 camas disponibles. Una decena están registradas por particulares en Vila de Cruces, donde el turista cuenta con una oferta de exactamente 110 camas. En Rodeiro son 32, repartidas entre las cinco viviendas de uso turístico en funcionamiento. Agolada y Dozón son los únicos ayuntamientos de las comarcas sin oferta con datos del presente año de la Axencia de Turismo de Galicia. En Forcarei están dadas de alta un total de ocho viviendas de uso turístico que totalizan 72 camas y en Cerdedo-Cotobade la oferta es muy importante al contar con 212 camas repartidas entre cinco pisos turísticos y 25 viviendas de uso turístico.

Ahora vamos a centrarnos en el sector más tradicional del sector, como hoteles y pensiones. En los nueve municipios son 47, con un total de 1.166 plazas. En lo que respecta a los establecimientos con licencia municipal de hotel, Lalín está a la cabeza, con un total de cinco, que totalizan 292 plazas. En Silleda son cuatro (260 camas), uno en Vila de Cruces (54), dos en A Estrada (42), uno en Forcarei (18) y tres en Cerdedo-Cotobade (36). En Rodeiro, Agolada y Dozón no existe la posibilidad de alojarse en un hotel.

Si nos ceñimos ahora a las pensiones, la relación de negocios por ayuntamientos es la siguiente. En Lalín son ocho (112 plazas), una decena trabajan en Silleda (132 camas) y tres en Vila de Cruces, con 54 plazas, mientras que las dos de Rodeiro tienen 37 camas. En A Estrada son cuatro (79), tres en Forcarei (31) y la única de Cerdedo-Cotobade cuenta con 19.

Para realizar el cómputo de plazas totales de alojamiento en cada municipio, la Xunta incluye otros establecimientos como apartamentos y albergues turísticos y las casas rurales. De este modo, entre todos los establecimientos autorizados el número de camas asciende a 3.131, con Silleda como el ayuntamiento de las comarcas con mayor oferta para pernoctar.

Por otro lado, la administración cita una relación de dos albergues en Lalín (44 plazas), seis en Silleda (230) y uno en A Estrada autorizado para acoger a 28 huéspedes como máximo.

Una docena menos de casas rurales

Treinta años después de que los gallegos descubriesen las potencialidades del turismo rural, esta clase de alojamientos tradicionales situados en plena naturaleza no vive sus mejores momentos. Los datos oficiales más antiguos datan de 2003, es decir, hace dos décadas, cuando en las comarcas funcionaban un total de 57 casas rurales y en la actualidad están registradas una docena menos, con una capacidad para 554 personas, medio centenar menos que 20 años atrás. A Estrada es prácticamente el único caso donde esta tendencia se rompe y si entonces era el municipio con más establecimientos (23) ahora se mantiene en cabeza, pero con 19, donde se pueden alojar 236 personas. En Lalín funcionaba cuatro, una más, rebajando su oferta hasta las 36 plazas. En el término municipal de Silleda se pasó de nueve a tres (64 plazas) y en Vila de Cruces hay en la actualidad seis frente a las nueve de entonces. Dos estaban dadas de alta dentro de los límites territoriales de Rodeiro, de las que ahora no queda ninguna. Lo mismo aconteció con una existente en Agolada, ayuntamiento que, junto al de Camba y a Dozón, son los únicos donde no es posible pernoctar en una casa rural. Forcarei experimentó un aumento relevante, pasando de cuatro a siete establecimientos, que suman 64 camas. Y, por último, en las localidades de Cerdedo y Cotobade había cinco, las mismas que operan en la actualidad y que ofrecen al cliente un máximo de 58 plazas.

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