Avelino Ramos da otra lección de vida

El empresario silledense retomará su actividad empresarial tras recuperarse de tres ictus

Avelino Ramos posa con su nieto Jorge, en el jardín de su vivienda.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Avelino Ramos posa con su nieto Jorge, en el jardín de su vivienda. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / SALOMÉ sOUTELO

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Tiene 83 años y está pensando en viajar a la República Dominicana para comprobar en primera persona cómo marchan sus empresas. Solo con esta frase, ya tiene mérito que a esa persona no le dé miedo cruzar el charco. Pero tiene mucho más mérito al recordar que Avelino Ramos, que es a quien nos referimos, sufrió tres ictus a principios del año pasado, en un periodo de cuatro meses y cuando se encontraba precisamente en el país antillano.

Tras un tiempo de estancia en un centro residencial y, ya en estos últimos meses, con terapias de recuperación, ahora vuelve poco a poco y con mucho tesón a su vida social y laboral. Su nieto mayor, Jorge Otero Ramos, se ha convertido en una de sus personas con las que está compartiendo las mejoras del día a día. El abuelo nos relata que “tengo un equipo de personas competentes, incluida mi familia” que estuvieron al pie de las empresas durante la ausencia obligada de Ramos desde que tuvo que enfrentarse a la rehabilitación tras los ictus. El nieto nos explica su tremendo agradecimiento, y el de toda la familia, a todas las muestras de cariño que han recibido en estos meses.

Este afecto puede sorprenderle a Avelino Ramos, pero está más que justificado: en 2000 anunció la construcción del hotel Katiuska junto al recinto ferial, y el complejo, ahora conocido como Exe Via Argentum, se hizo realidad en 2002. Era el primer hotel de cuatro estrellas del municipio. Justo diez años después, en 2012, Ramos donaba 200.000 euros para la construcción de una residencia para la tercera edad. Son solo dos ejemplos de filantropía de un empresario que resume de su pueblo y de un vecino que venció la enfermedad con pequeños grandes logros como volver a dar sus 22.000 pasos diarios.