La central de biomasa para edificios públicos avanza con la conexión al auditorio de Lalín

Hace casi un año la Consellería de Educación presentaba en Lalín un proyecto pionero de eficiencia energética con el que minimizar el impacto que sobre las cuentas autonómicas y el medio ambiente supone la climatización de edificios públicos. El departamento dirigido por Román Rodríguez recogía la experiencia de un plan en la capital de provincia y apostaba por la construcción de una central de biomasa para calefactar las dependencias del IES Ramón Aller Ulloa, el CEIP Xesús Golmar, la escuela infantil Pontiñas y al auditorio municipal, edificios muy próximos entre sí.

El proyecto fue adjudicado a mediados de diciembre del año pasado por 1,3 millones a la sociedad Forestación Galicia y la obra física arrancó un mes después. El plazo de ejecución de los trabajos quedó establecido en seis meses, aunque todo apunta a que se demorará algo más, aunque siempre con el objetivo de que la central de biomasa comience a funcionar de cara al próximo curso. Las previsiones iniciales de la consellería ya apuntaban al mes de septiembre como fecha tope para la finalización de la obra.

La instalación principal, que se alimentará con restos forestales, se compatibiliza ya con la apertura de las canalizaciones y zanjas desde el exterior del instituto Aller Ulloa al lateral del auditorio municipal. La empresa lleva días levantando el terreno para la colocación de los mecanismos que llevarán el calor al edificio municipal, al tiempo que hace lo propio en el instituto. Quedaría pendiente la extensión de las canalizaciones tanto para la escuela infantil de la red autonómica como para abastecer al Xesús Golmar.

Reducción de emisiones

El proyecto fue elaborado por el Axencia Instituto Enerxético de Galicia (Inega) y prevé que los cuatro inmuebles, que ahora consumen anualmente unos 70.000 litros de gasóleo, logren un ahorro de 27.000 euros al año. La instalación principal ocupa algo más de 192 metros cuadrados de superficie y permitirá que de las actuales 200 toneladas de CO2 que emiten a la atmósfera las calefacciones de gasóleo se pase a un promedio de 10. La obra física consta de un silo de 5,60 metros de alto y los mecanismos propios del sistema de biomasa y una fachada de 15 metros de frente, que irán integrados en el entorno para minimizar su impacto visual. La calefacción con biomasa funcionará, según los cálculos iniciales y siempre en función de la climatología, entre mediados de octubre y mediados de mayo.

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