Una embajadora estradense en Bruselas

Cristina Amosa Tato, natural de Callobre, participa en la organización del festival EmigraSon

Cristina Amosa Tato en una calle de la localidad belga de Lovaina.

Cristina Amosa Tato en una calle de la localidad belga de Lovaina. / nerea couceiro

Cristina Amosa Tato es una estradense de 27 años que desde el 2018 mora y trabaja en Bruselas. Es allí donde este año ha impulsado, junto con otros jóvenes emigrantes gallegos, una novedosa propuesta para traer el panorama cultural de su tierra nativa a la de adopción. Se trata del festival de música EmigraSon, que se celebrará los días 24 y 25 de marzo en la capital de la Unión Europea y que reunirá a varios grupos de la escena actual. En concreto: The Rapants, Lemon Pears, Familia Caamagno, Fillas de Cassandra, Filloas y Berto.

La originalidad del proyecto hizo que no resultase especialmente difícil hacerse con el apoyo de patrocinadores y Adminitraciones. De hecho, el EmigraSon viene respaldado por los eurodiputados Nicolás González Casares, lalinense, y Ana Miranda Paz, así como la Asociación Grupo Mixto. Y la respuesta parece superar con creces las expectativas, pues a los quince minutos de salir a la venta las entradas, ya colgaban el cartel de “sold out”, con un total de 180 plazas cubiertas.

Cristina Amosa es la primera vez que participa en la organización de un evento de este tipo, y cuenta que “el festival nace como idea conjunta de un par de amigos que llevamos ya unos años viviendo en Bruselas y que echamos en falta un espacio de encuentro cultural para la gente de Galicia que habita aquí. Desde el cierre del Centro Galego de Bruselas, que además organizaba el Festival Compostela, quedó un vacío en este sentido y esperamos que con el nuevo EmigraSon nos podamos juntar una vez al año y reactival la movida cultural gallega de la mano de grupos del panorama actual”.

Para contactar con los grupos contaban con ventaja, dado que “dos miembros de la organización tienen una banda, y eso nos facilitó entrar en contacto con otras”. En cuanto a los responsables de materializar esta idea, a Cristina la acompañan cuatro compañeros más, todos gallegos “y de la provincia de Pontevedra”, bromea la estradense.

Las cosas de palacio van despacio, pero en este caso Amosa reconoce que “no esperábamos que todo fuese tan rápido”, pues desde que empezaron a barajar la idea, en verano, fueron capaces de cerrar un cartel y sacarlo adelante en tan solo cinco meses, aunque no sin dificultades: “lo más difícil fue encontrar financiación. En ese sentido, debemos agradecer la colaboración del Parlamento Europeo y de la Asociación Couto Mixto. A parte de eso, también nos costó encontrar una sala que reuniese las características que necesitábamos”. Aún así, la estradense reconoce que “Tuvimos buena acogida, y también nos facilitó mucho las cosas tener contactos gallegos en distintos putnos de la capital, especialmente con cosas como el transporte o el alojamiento de los grupos. Sin duda, intentamos llegar a todos los gallegos y gallegas y la verdad es que están respondiendo muy bien, colaborando en lo que pueden”.

Parece, pues, que lo peor ya ha pasado y ahora solo queda “disfrutar con toda la comunidad”. Eso sí, si la cosa sale bien, Cristina no descarta hacer de esta una cita anual: “a priori, la organización tiene ganas de seguir adelante y, a día de hoy, ya hay grupos gallegos que mostraron su interés por participar en una posible segunda edición”.

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