Un regalo de cumpleaños para la Inmaculada de Asorey

La obra del célebre escultor llega a su 68º aniversario con la necesidad de una restauración técnica que le devuelva su blancura

La suciedad se acumula especialmente en el rostro.   | // A.CELA

La suciedad se acumula especialmente en el rostro. | // A.CELA / Ana cela

Ana Cela

Ana Cela

Lleva más de medio siglo siendo testigo mudo del ir y venir de los vecinos de A Estrada. Algunos la ven cada domingo al acudir a misa, sin ser realmente conscientes de su presencia. Otros, cruzan presurosos la plaza que bautiza, sin reparar en que está ahí. Pero está. Y ahora mismo, cuando cumple 68 años, no está todo lo bien que debería.

Un grupo de niños corría en la mañana de ayer alrededor de la imagen de la Inmaculada que se encuentra instalada en uno de los laterales de la plaza que alfombra el acceso a la iglesia parroquial de San Paio de A Estrada. El cielo luce completamente despejado. Es una mañana luminosa, que invita a elevar la mirada para que el sol caliente el rostro. Sin embargo, hacer un alto en la escultura hace fruncir el ceño. La blancura de la talla ha desaparecido, oscureciendo el rostro de la Virgen que lleva, paradójicamente, un nombre cuyo significado es “sin mancha”. Cierto es que se trata de una simple curiosidad del lenguaje, que nada tiene que ver con la ausencia de mácula que inspira este modo de designar a esta representación de María.

La escultura de Asorey, ayer.  | // A.CELA

La escultura de Asorey, ayer. | // A.CELA / Ana cela

La parroquia de San Paio de A Estrada encargó la construcción de esta estatua en 1954. Deseaba algo especial, por eso no dudó en pedir al célebre escultor Francisco Asorey que labrase en mármol la dulzura de esta Virgen. Lució desde aquel momento su blancura a las puertas del templo. Pero ahora, aunque ya se ha sometido a varias limpiezas, la imagen que ofrece no está a la altura de la obra de arte que es y que, como tal, ha de ser valorada.

El párroco estradense, José Antonio Ortigueira, responsable de esta pieza porque es patrimonio parroquial, reconoció ayer ser plenamente consciente del estado en que se encuentra la estatua. Indicó que la imagen se sometió en varias ocasiones a un proceso de limpieza con agua para eliminar la suciedad que se acumula y acaba ganando terreno sobre la superficie de la escultura. Sin embargo, el sacerdote se mostró consciente de que en estos momentos precisaría una limpieza de carácter técnico, una labor de restauración, más allá de lo que sería un mero lavado de cara.

Imagen antigua y nevada de la iglesia de A Estrada, con la escultura en su lugar original.

Imagen antigua y nevada de la iglesia de A Estrada, con la escultura en su lugar original. / Ana cela

La cuestión no es tan sencilla como parece. Y es que limpiar la escultura empleando agua como se hizo en ocasiones anteriores podría acabar generando problemas para la conservación de esta obra del célebre escultor. En este sentido, Ortigueira indicó que devolver la blancura que le es propia a la talla exigiría llevar la escultura a un taller especializado, colocando en su lugar una réplica de otro material y valorando la posibilidad de retirar la original al interior del templo para preservar la obra.

El párroco subrayó que la acidez de la lluvia y la contaminación, unidos al material con el que está fabricada la escultura –mármol de Alicante– y la forma de esculpir de Asorey –labrando el material como si fuese en escamas– va derivando en una acumulación del polvo y la suciedad, haciendo que termine incrustándose en el material. Retirar estos efectos con agua derivó en algún impacto en zonas de la imagen –caso del cuello de la Virgen–, como si de un tumor inverso se tratase. Sin embargo, José Antonio Ortigueira se mostró convencido de que, mientras la obra esté donde está, seguirá “sufriendo”.

Y aquí llega un nuevo problema. Costear una intervención como la que requiere ahora la Inmaculada de Asorey que atesora A Estrada exigen unos fondos de los que la parroquia carece. ”No hay dinero ni hay una solución de futuro”, asumió el párroco de A Estrada. Subrayó que esta circunstancia doble hace que la escultura siga luciendo oscurecida, ofreciendo una imagen de descuido.

Hijas de María

La escultura fue financiada por las Hijas de María y quedó instalada inicialmente en la parte central de la actual Praza da Inmaculada, como muchos ciudadanos todavía podrán recordar. Se la instaló en un lugar más elevado que el que actualmente ocupa. Sin embargo, las reformas urbanísticas hicieron que en los años 90 la mejora de la plaza trasladase la escultura a la ubicación que hoy día ocupa. Sin embargo, parece que en este traslado desapareció alguna pieza de bronce, caso de un ángel.

La Inmaculada de Asorey continúa presidiendo la plaza por la que pasan a diario muchos estradenses. Muchos no se habrán percatado de que está sucia ni adivinarán la restauración técnica que precisa. Quizás el jueves, en su 68 aniversario, alguien piense en hacerle un regalo de cumpleaños.

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