Los vecinos del barrio lalinense de A Trigueiriza acuden esta mañana al consistorio a formalizar en el Registro sus reivindicaciones para la urbanización privada que se acomete en la zona. Irán acompañados de representantes de las tres fuerzas políticas de la oposición, que ayer se reunieron con los afectados para conocer de primera mano sus demandas. La instalación de un transformador eléctrico y la construcción de una rotonda en lo que antes era un espacio verde no es del agrado de los residentes, e instan al gobierno local a intervenir para que el transformador sea reubicado en otro punto de la urbanización.

Los vecinos convocaron a la oposición, que respalda sus reivindicaciones. Acudieron al encuentro los portavoces municipales de Compromiso por Lalín (Rafael Cuíña), PSOE (Román Santalla) y BNG (Francisco Vilariño). Al término de la reunión las tres fuerzas emitieron un escueto comunicado conjunto, con el que confirmaban el respaldo “a sus justas peticiones de cambio de lugar del transformador eléctrico, creación de zonas verdes y aceras”. También aludieron a la reciente visita del edil de Obras, José Cuñarro, cuya presencia fue solicitada por los vecinos para ofrecerle explicaciones. “Lamentamos que los problemas internos entre Cuñarro y la concejala Raquel Lorenzo, pasándose la pelota del problema, esté afectando a un área en la que hay vecinos mayores, mientras el alcalde, José Crespo, se esconde. Un alcalde tiene que dar la cara ante los problemas y no esconderse detrás de concejales incompetentes que se escudan en los técnicos”, indicó la oposición.

La denuncia pública realizada por los vecinos de A Trigueiriza, el sábado, fue respondida ayer por el gobierno, pero solo con la conformación de convocarlos a una reunión para explicar las características del proyecto de urbanización. Por el momento el ejecutivo rehusa entrar en más detalles y no aclara si tratará de interceder ante la promotora de la urbanización para recolocar el transformador de media tensión, levantado cerca de las viviendas de este barrio, históricamente encajonado entre las calle Ponte y Carragoso.

Humanizar los barrios

Los vecinos insistían ayer en el desamparo que padecen, agudizado por tratarse de una zona en la que reside gente mayor que, con la urbanización del entorno, “no van a tener una sombra o un banco en el que sentarse y solo una explanada de chapapote delante de sus casas”. Margarita Fernández entiende que la administración debe ser consciente de la importancia de “humanizar los barrios” y, sobre la proximidad a las viviendas del transformador eléctrico, opina que puede generar problemas de salud al margen de los estéticos. Asegura que la edil de Urbanismo, Raquel Lorenzo, les había comunicado su voluntad de verse con ellos en compañía de un técnico, pero que finalmente no pudo acudir, y proponen que sea Crespo quien visite la zona para comprobar in situ sus demandas.

Una planificación que comenzó hace una década

El proyecto de urbanización fue aprobado definitivamente en junta de gobierno local a mediados de julio del año pasado. De esta manera finalizaba la tramitación administrativa municipal y los promotores de esta área tenían todos los permisos necesarios para acometer las obras de urbanización. Solo tendrían que solicitar licencia de construcción en caso de querer edificar. El proyecto redactado por el arquitecto Eduardo Barrón del Pozo fue aprobado inicialmente el 26 de septiembre de 2019 y sometido a exposición pública sin que se presentasen alegaciones. También fue notificado a los propietarios afectados, además de disponer de todos los informes sectoriales precisos. Pero el desarrollo del plan parcial surgió hace más de una década con los mismos promotores, aunque la judicialización del proceso provocó que las obras, ya casi listas, no pudiesen arrancar hasta hace ahora un año.