El Aula Universitaria UNED de Lalín pone en marcha las I Xornadas Técnicas “A Cultura Castrexa na Comarca do Deza”. El seminario fue presentado ayer en el Concello de Lalín en un acto al que asistieron entre otros el alcalde José Crespo, la concejala de Cultura Begoña Blanco, el coordinador del aula lalinense José Antonio Rodríguez, el director de la UNED de Pontevedra Víctor M. González, el coordinador de Extensión Universitaria de la UNED Rafael Cotelo y los ponentes Antonio Presas, Daniel González Alén y Juan Carlos García Porral.

Se trata de un curso extraordinario que pretende difundir, especialmente entre los habitantes de la comarca dezana, el conocimiento realizado a nivel científico, en los últimos 100 años, del período de la Prehistoria correspondiente a la Edad del Hierro. El proyecto ideado por el colaborador de FARO DE VIGO Antonio Presas tiene una duración total de 20,30 horas lectivas repartidas los días 21 y 28 de mayo, y el 4 de junio con una decena de ponencias, de las cuales dos son dobles, impartidas por un total de once especialistas en la materia.

El curso se basará en el conocimiento de una parte de la prehistoria de la comarca del Deza, que supera los mil kilómetros cuadrados de superficie, alcanza los 40.000 habitantes, donde se catalogan unos 107 castros y su estudio se inició en los años 30 del siglo pasado, pero el conocimiento y difusión de los distintos trabajos se vieron truncados por la Guerra Civil y el posterior franquismo, como señaló el propio Presas durante la presentación de este proyecto. De hecho, el prestigioso geógrafo lalinense recordó que el estudio de la denominada cultura castreña se vio afectado por la Dictadura y tuvo que reiniciarse con mucho retraso, gracias al esfuerzo de un pequeño grupo de investigadores y la ayuda, últimamente, de diversas actividades arqueológicas con excavaciones, motivadas por diversas causas.

Entre los objetivos de este curso pionero se encuentran el dar a conocer los principales aspectos de la cultura castreña de Deza, lograr una visión integral e integradora, teniendo en cuenta que todo está interrelacionado (medio físico y adaptación humana al medio físico), demostrar que el conocimiento de la cultura castreña siguió dos caminos muy diferentes: el conocimiento científico (historiadores) y el conocimiento común (leyendas y patrimonio inmaterial), interrelacionar los conocimientos teóricos con los conocimientos prácticos y contribuir a la revalorización de los esfuerzos realizados en la zona para dar a conocer la cultura castreña (actuaciones en castros, museos y demás proyectos).

Salidas

Las jornadas técnicas sobre la Edad de Hierro dezana serán presenciales y contarán con varias visitas guiadas. La extensa nómina de ponentes incluye a nombres tan estacados como los de Lucía Ares, Amparo Blanco, Xulio Carballo, Delia Eguiluz, Xoán Carlos García Porral, Daniel González Alén, Martiño Nercellas Méndez, Israel Picón Platas, Víctor Piñeiro, Antonio Presas y Vanesa Trevín. El programa se completa con salidas a los castros de Toiriz (Silleda), Cristimil, Complexo Castro-Castriño de Bendoiro, Cotarelo (Goiás), Doade y Donramiro. Además, los matriculados también visitarán las instalaciones del Museo Virtual Castrodeza y del Museo Casa do Patrón de Doade. Las dos primeras jornadas tendrán un horario de 9.30 a 20.30 horas y la de clausura de 9.30 a 14.15 horas.

Investigación prehistórica de la gastronomía

José Crespo destacó en la presentación de ayer que “creo que el Concello de Lalín es el que tiene más castros de toda Galicia” para subraya la validez de las jornadas castreñas y agradeció a la UNED el dotar de más contenido al aula universitaria lalinense. El regidor municipal recordó su especial pasión por la gastronomía que “siempre queda ahí en tierra de nadie” para proponer hacer “alguna investigación” sobre la gastronomía a lo largo de la historia en la zona. Para ello, recordó una anécdota reciente en Fitur negociando “con una empresa francesa con muchas posibilidades, por no decir todas, de hacer algo aquí en Lalín” en la que conoció el caso de una excavación realizada en una mámoa cerca de Cuntis en la que se encontró una olla de barro datada 3.000 años antes de Cristo con grasa de cerdo y hortalizas “sin domesticar” en el fondo del recipiente.