Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La hostelería, ante las nuevas restricciones: “Es otro mazazo, sobre todo para la noche”

“Es dilapidar la campaña de Navidad” de cafeterías y ocio nocturno, afirman hosteleros de las comarcas | Consideran que “la gente está muy agotada de tantos cambios”

Vacunación de la población de 40 a 49 años, ayer, en la Cidade da Cultura. XPonte

“Es otro mazazo, sobre todo para la noche, ahora que estaba empezando a recuperarse”, resume Álex Iglesias el sentir de la hostelería al conocer las nuevas restricciones adoptadas por la Xunta de Galicia para intentar contener la sexta ola de COVID-19. El vocal de la comisión sectorial de la Asociación de Empresarios de Deza (AED) entiende que a la restauración no le afectará tanto, pues el cierre a medianoche sigue siendo “una hora razonable”. Pero cree que es “un golpe duro” para las cafeterías y el ocio nocturno.

“Es dilapidar la campaña de Navidad en el momento crucial. Hay gente que ya hizo compras, sobre todo en el caso de las bebidas destiladas, que algunas están muy difíciles de conseguir este año, y que ahora no podrá darle salida”, expone Iglesias. En el caso particular de Lalín, si las restricciones a aplicar desde el 31 de diciembre finalizan el 18 de enero –como se anunció ayer–, al sector todavía le quedaría el comodín del cocido, cuya temporada se prolonga hasta entrada la primavera. “Si no va más allá, aquí podremos salvar algo hasta marzo. En ese sentido, no dependemos tanto de la campaña de Navidad”, opina este cocinero, del restaurante Cabanas.

Manuel Bascuas, presidente de la Asociación de Hosteleros de A Estrada, coincide en que las medidas “afectan, sobre todo, a la noche, que ya tenía sus previsiones”. En la propia localidad hay varios pubs que abrieron recientemente con la intención de aprovechar el tirón navideño y que ahora “no van a poder hacer nada”. “Es un leñazo para la noche, desde luego”, subraya Bascuas. Como responsable del Samaná, considera que apenas cambia las normas que ya había en los restaurantes. “En su día nos afectó mucho, sobre todo por las cenas, cuando ya teníamos gran parte de la mercancía comprada”, apunta. Tiene claro cuando comenzó a golpearles la sexta ola: “Desde que se dejó de hablar del volcán y se volvió a hablar del COVID, empezó a haber cancelaciones”.

“A mi, con el tema del reparto, que es lo que me mantiene en pie, poco me afectan. El tema del bar hace tiempo que no me compensa”, declara Ezequiel Salgueiro, de Pizzería Trécola, en A Bandeira. “¡Ya nos destrozaron hace mucho tiempo con las restricciones de aforos y horarios! –exclama–. La gente está muy agotada de tantos cambios. Si a eso le juntamos la subida abusiva en los precios de los combustibles y la luz, ya no tiene mucho de dónde rascar. Es para plantearse cerrar, otra solucion no la encuentro”. Son apenas veinte días de restricciones, pero llueve sobre mojado: “Lo que nos mantiene en pie en invierno es la Navidad y, si no la trabajamos como corresponde, es muy difícil aguantar los meses que quedan hasta el verano”, sentencia.

¿Por qué no en las barras?

“Siempre nos toca a nosotros”, valora Daniel Limia, del restaurante Rabasa, en Taboada (Silleda), que no entiende el cierre de las barras. “Es lo mismo estar en las mesas que en la barra”, sostiene. Es la principal variación en su caso, pues ya exigían el certificado COVID y en el cierre es “media hora de diferencia”.

Para Cecilia Sanmartín, “eran medidas esperadas, según se está poniendo esto, no son ninguna sorpresa”. En Casa San Martín (O Corpiño) siempre hacen cena de fin de año, pero esta vez, a pesar de tener ya reservas, hace ya tres semanas que decidieron anularla y dar opción de menú para llevar y, “como siempre, está teniendo mucho éxito”.

Son ya seis los municipios en nivel de riesgo máximo

Seis municipios de Deza y Tabeirós-Terra de Montes se sitúan ya en nivel de riesgo máximo de contagio de COVID-19, al sobrepasar los 500 casos por 100.000 habitantes de incidencia acumulada a catorce días. La tasa de A Estrada rebasa el millar por primera vez en toda la pandemia, tras detectar 209 positivos en dos semanas, de los que 160 corresponden a la última y 64 a los últimos tres días. También marca un nuevo récord de casos activos, 186, al añadir 21 a los que tenía el lunes. En este municipio se han practicado 3.148 tests este mes, de los que salieron 243 contagios, lo que arroja una ratio de positividad del 7,7%, la más elevada también, por encima del 7,4% registrado en enero de este año, en plena efervescencia de la tercera ola, con 233 positivos en 3.120 pruebas. Lalín también elevaba ayer en doce casos la marca fijada la víspera, al constatar 145 personas infectadas con el virus SARS-CoV-2. Con 140 contagios en dos semanas –88 en la mitad de tiempo, su incidencia se acerca a 700. Silleda presentaba ayer 48 casos activos, cuatro más que el lunes, y Vila de Cruces añadía seis y llegaba a 43, entre los que figuran trece menores de edad. La incidencia acumulada en territorio cruceño ronda los 800/100.000, tras diagnosticar 41 positivos en catorce días, mientras que la de Trasdeza, con 45, apenas rebasa los 500. Los otros dos municipios en situación de riesgo máximo son Cerdedo-Cotobade, con 37 positivos y una tasa de 647, y Forcarei, con 19 y 581. La incidencia de Agolada, con nueve casos activos, Rodeiro y Dozón no llega a 500/100.000.

Crespo: “Habrá Cabalgata, si no la prohíbe la Xunta”

El comité lalinense de seguimiento del COVID será convocado “cuando lo estimemos oportuno”, responde el alcalde, José Crespo, a la demanda formulada desde Compromiso por Lalín. “Ahora estamos haciendo exactamente lo que marca la Xunta”, alega el regidor, que no quiere “ir más allá”. “Vamos a cumplir escrupulosamente con lo que marcan la Xunta y el Estado. Lo que no se puede parar es la vida económica, que es muy necesaria”, argumenta, y pone el ejemplo de Vigo, que no ha adoptado “medidas excepcionales, más que lo que marca la ley”, a pesar de tener “aglomeraciones importantes de gente”. “Seamos responsables y seamos serios –demanda–. Aquí queremos todos lo mejor para nuestra población. Tenemos que hacer las cosas adecuadas al momento. Y, en estos momentos, el COVID está más intenso que nunca, pero la letalidad es menor que nunca”. El regidor reitera que es partidario de que haya Cabalgata de Reyes. “Guardando las medidas de seguridad, ¿por qué no va a haberla?”, se pregunta Crespo, que quiere “darle una alegría a los niños, que llevan un año sin ella”. Asegura que “hay menos riesgo de contagio en una cabalgata en donde los niños lleven todos su mascarilla que en otros muchos eventos que sí están permitidos”. Así es que se reafirma en que “habrá cabalgata, si la Xunta no la prohíbe”. Claro que “si las prohíbe, también voy a ser el primero”, apostilla.

Compartir el artículo

stats