No consideran el sistema productivo de la zona ni las explotaciones ganaderas existentes, ni cumplen las distancias a varias construcciones, ya sean granjas o ya sean viviendas. Es la principal deficiencia a la que se agarra el Concello de Lalín en sus alegaciones contra los parques eólicos Céfiro, Brisa y Galerna. Los tres están promovidos por Greenalia Wind Power y son tramitados desde el gobierno estatal porque superan, cada uno, los 50 MW de potencia.

La poligonal, sobre pastos y cultivos

En su alegato, Lalín recalca que la producción agroganadera es la principal actividad económica del municipio, al registrar 880 granjas de vacuno (con 26.393 animales); 40 de aves (con 600.000 picos) y 72 porcinas (con más de 70.000 ejemplares) a las que hay que sumar ganaderías ovinas, caprunas y apícolas. Con tal volumen de producción, es necesario que estos tres parques evalúen mejor, sobre todo, el impacto de la contaminación acústica en la ganadería. En el caso de Céfiro (con 56 MW de potencia, repartidos en 10 molinillos), casi toda la poligonal, es decir, la zona de afección, va sobre suelo rústico, donde se localizan, prados, cultivos, matorrales y áreas de arbolado disperso, así como cauces, riberas o espacios forestales. Además, afecta a la delimitación de suelo de núcleo rural de Maceira, Rodelas, Santón y Vega. De forma parcial, toca a otros nueve lugares: Alfonselle; Alperiz; Belelle; Carballeda; Casas Novas; Goiás; Maceira; Pardesoa y Ponte.

Ni en este parque, ni tampoco Brisa y Galerna, sus estudios de ruido tuvieron en cuenta las explotaciones existentes en un radio de un kilómetro, ni las que están a menos de 200 metros. A esta distancia, el ruido de los molinillos ya supera los 45 decibelios. ¿Y qué significa esto? Pues que el ganado, al ser más sensible al ruido que los humanos, con ese volumen por encima de los 45 decibelios puede sufrir estrés y volverse más agresivo a la hora del manejo El estrés también puede derivar en abortos, aumentar las muertes de ejemplares o reducir el apetito de los animales y, por tanto, su producción.

La ganadería extensiva tampoco se libra del efecto de los molinillos sobre los pastos, creando zonas de sombra. Y además, estos tres proyectos de eólicos tampoco estudian, durante la fase de obras, cómo afectarán estas a las granjas a la hora de cortar vías que permiten que las explotaciones reciban suministros o entreguen su producción.

Distancias a viviendas

En el caso del parque Céfiro, las alegaciones detectan que el molinillo AE 01 está a menos de 500 metros de una casa. Otro molino, el AE 05, se ubicará en el nacimiento del Rego do Barranco, “por lo que es incompatible con la protección del mismo”.

En el caso de Galerna, con también 56 MW de potencia, su poligonal toca nada menos que a la delimitación de 15 núcleos rurales: Abeleda; Bustelo; Carrofeito: Codeseda; Doade; Muiño; Navallo; Nogueira; Penedo; Samprizón; San Martiño; San Pedro; Vilar; Taín y parte de Igrexa. En su caso, sus 10 molinillos van sobre suelos aptos para pastos y cultivos, y seis de ellos están fuera de las Áreas de Desarrollo Eólico que marca el Plan Sectorial de Galicia. Las obras de la línea de evacuación de Galerna, según reconoce el propio estudio de impacto ambiental del proyecto, sobrepasan el nivel sonoro en cuatro núcleos de población.

En cuanto a Brisa, de 61,6 MW, tiene varios aerogeneradores que incumplen la distancia mínima a viviendas y todo el parque eólico está fuera de ADE. En Lalín, estas áreas se localizan en los montes Ameixeira do Testeiro/Monte Festeiros, Monte Carrio o Monte Castelo, O Irixo, pico Seco, Serra de Farelo y Valdepereira.

Reserva viaria de la conexión de la AP-53

Los tres parques que promueve Greenalia Wind Power afecta a bienes patrimoniales del municipio lalinense. Además, Céfiro toca a la ruta jacobea del Camino de Invierno así como a la reserva viaria que contempla el Plan de Urbanismo y cuyo trazado, por el este del casco urbano, permitiría conectar la AP-53 con la N-640, que conduce a Agolada, y la PO-533, que comunica con Rodeiro. Hace casi 20 años, en febrero de 2002, se publicó en el BOE el anuncio de información pública del estudio informativo y del impacto ambiental de esta circunvalación. Pues bien, varios de los molinillos de Céfiro están proyectados sobre el trazado de esta reserva viaria.

Por último, ninguno de los tres proyectos eólicos son compatibles con la protección de los valores ambientales de la zona, según esgrime la alegación del Concello. Céfiro afecta además al municipio de Rodeiro, mientras Galerna toca terrenos de Dozón, Vila de Cruces, Silleda y el concello ourensano de O Irixo. Por su parte, las afecciones de Brisa se extienden también a Dozón y Rodeiro. Greenalia tiene otros proyectos en la zona, como el parque eólico Tramontana (con 13 molinillos en Silleda y Forcarei) o Siroco, con 11 molinillos en Cerdedo-Cotobade.