Dicen que para hacer orejas, uno de los postres más típicos del carnaval y el broche de oro para los copiosos cocidos propios de esta época del año, hay que tener mano. Y tanto. Cada quien sabe si le gustan más gruesas o más finas, con más o menos azúcar. La maña que uno se dé ante el aceite bien caliente o su destreza en la presentación suman puntos para encandilar al comensal. Sin embargo, el principal secreto de este postre está en la masa. Y también la parte más latosa de su elaboración.
En el obrador de la panadería A Fogaza de A Estrada. La firma anima a sus clientes a aventurarse a elaborar las orejas ellos mismos. A Fogaza pone la masa y los clientes añaden su arte.
El responsable de la firma, José Manuel Loureiro, explicó ayer que en esta época A Fogaza recibía peticiones por parte de colectivos, empresas o particulares para servir un elevado número de orejas. Sin embargo, Loureiro indicó que la panadería no apostaba por elaborarlas, dado que se trata de un postre extremadamente frágil a la hora de transportarlo. No obstante, la alta demanda le dio una idea: realizar la parte más laboriosa de este postre y que únicamente haya que estirar y freír. Tomando la receta de su madre, José Manuel Loureiro apostó por comenzar a distribuir el año pasado bolas de masa para orejas de aproximadamente 500 gramos de peso. "Fue toda una sorpresa", explica para resumir la reacción de la clientela.
Los encargos han comenzado a llegar en un momento en el que los cocidos empiezan a proliferar. Loureiro explica que incluso algunos hosteleros se llevan esta masa para sorprender a sus clientes a la hora del café. Harina, leche, huevo, manteca, agua y azúcar se integran en una masa sin levadura que puede guardarse en la nevera en perfectas condiciones durante una semana. La idea facilita tener siempre a mano la posibilidad de disfrutar de las delicias del carnaval de oreja a oreja.
