El Castro Tecnolóxico precisa de un mantenimiento muy exigente para, debido en parte a su diseño, garantizar que trabajadores y usuarios no pasen frío en invierno y se asen de calor en los meses más cálidos del año. En la actualidad, según denunció el portavoz del PP en el último pleno, urge la contratación de un servicio en este sentido, pues desde hace mucho tiempo las estufas o la ropa ligera son las alternativas para, en muchas dependencias, sobrellevar la jornada laboral lo mejor posible.

Un edificio singular con el coste que tuvo debería contar con mecanismos avanzados de eficiencia energética que, entonces o no se habilitaron correctamente o no funcionan. Poco después de su inauguración, ya en el invierno de 2012, comenzó a llegar la primera remesa de facturas de la compañía suministradora. En casi tres meses el coste de mantener inmueble a una temperatura agradable ascendía 8.753,98 euros; es decir, calentar el Castro Tecnolóxico costaba entonces costaba 145 euros al día. En un cálculo redondo; cerca 3.000 euros al mes.