El Concello de Vila de Cruces tiene abiertos desde hace seis años un total de 11 expedientes por ruina total a otras tantas viviendas unifamiliares situadas en pleno centro del casco urbano de la localidad. El propio alcalde, Jesús Otero, recordaba ayer que dos de esos expedientes corresponden a casas de planta baja, siendo los restantes a inmuebles de dos plantas. La mayor parte de estos edificios se concentran en la zona antigua del casco urbano, por detrás de la casa consistorial. El paso del tiempo da cada vez más protagonismo a la maleza, la presencia de ratas y la caída de cascotes sobre las aceras o la calle, poniendo en peligro la seguridad de los viandantes. Con tal motivo, el mandatario cruceño anunciaba esta misma semana una actuación "contundente" contra los propietarios ya advertidos en múltiples ocasiones, y que en algún caso fueron sancionados con anterioridad por este mismo asunto con multas que oscilan entre los 600 y los 1.000 euros.

La cruzada contra el feísmo emprendida por parte de Otero desde hace semanas ha hecho que el alcalde de Vila de Cruces no descarte demoler algunos de esos edificios en ruinas llegado el caso. "La gente debería aprovechar las ayudas que existen por parte de las administraciones para rehabilitar estas casas porque a nosotros no nos gusta expropiar, es lo último que queremos hacer", explicó el mandatario cruceño. En este sentido, Jesús Otero señaló que "se puede dar el caso de varios propietarios que quieran que el Concello les haga las obras, pero se les pasará la factura y si no pagan se les embargará porque al no abonar la misma eso tiene consecuencias". El Concello, si se acoge a la norma, puede ejecutar de forma subsidiaria las reformas básicas que impidan que estas construcciones sigan desmoronándose y afecten a los residentes en el casco urbano. Pero hace años que el gobierno local dejó claro que no dispone de fondos económicos para acometer estos trabajos ya que, además, se vería con dificultades para después cobrar por ellos. Con tal motivo, Otero insiste en que cuanto antes los dueños de estos edificios se pongan manos a la obra para arreglarlos. El propio alcalde se congratulaba, por ejemplo, que ayer mismo los propietarios de uno de ellos se presentaran en la casa consistorial para presentar la dirección de obra y ejecución de los trabajos porque expresaron su intención de hacerse cargo de todo el montante.

En el último caso de que el Concello de Vila de Cruces se vea obligado a embargar alguno de esos inmuebles, Otero anunció que "como en su mayoría dan a parques públicos, plazas o calles serán destruidos para pasar a formar parte de infraestructuras públicas" y ser de uso y disfrute de todos los vecinos del municipio. Cabe recordar que de cara a evitar inmuebles en ruinas en los cascos urbanos, la política urbanística de la Xunta camina hacia la promoción de la rehabilitación de construcciones ya existentes en lugar de ampliar el suelo urbano para dar cabida a edificaciones de obra nueva.

Por último, el alcalde de Vila de Cruces descartó ampliar la actuación al rural puesto que "las casas que están en ruinas o abandonadas en las parroquias suelen estar completamente solas y no lindan con nada dentro de su propiedad". La principal preocupación del regidor es ahora erradicar el feísmo en el entorno de la plaza del consistorio y de la iglesia parroquial.