Todos a una, los feligreses de Cereixo y de Vinseiro cumplieron su palabra y ayer impidieron celebrar la primera misa de la novena en honor a Santa Rita en la iglesia de Cereixo. No la abrieron ni para el cura cuya continuidad defienden, José Gilberto B.M.

Este pronunció un discurso en el que le agradecía a los vecinos su apoyo pero en el que también les pedía que comprendiesen que tiene que acatar las decisiones de la iglesia. La emoción fue "in crescendo", al calor de las peticiones vecinales (incluso con forma de canción: "señor cura, quédese con nós. Por Dios, por Dios"). Los feligreses le dijeron que comprendían que eso era lo que le mandaban decir y exigieron que quien vaya a decirlo sea a quien consideran responsble: el arcipreste José Antonio Ortigueira. Hoy volverán a impedir que haya misa a las 19.00 horas en Vinseiro y a las 20.30 en Cereixo.