El año pasado no fue positivo para la afiliación laboral en las comarcas. A los ya mencionados casos de sus dos capitales, Lalín y A Estrada, hay que sumar qué ha acontecidos en el resto de concellos de la zona. Dozón, que a la espera de conocer su censo de pensionistas, tiene con seguridad más personas que perciben subsidios de los que cotizan, es el que porcentualmente muestra un escenario más desfavorable tras perder 23 activos y conservar 355. La misma cantidad cedió Cerdedo, que suma solo 222, mientras que los 535 de Agolada suponen una caída de 9 casos. Silleda alcanza los 3.166 afiliados tras ganar en doce meses 57 y Vila de Cruces totaliza 1.423 al sumar una quincena. En Rodeiro, con cuatro casos más, son 907. Forcarei aglutina 864, una cifra idéntica a la que tenía un año antes. Los balances de afiliación sirven como termómetro de la economía y pueden dar un diagnóstico más certero que los del paro. Porque durante 2016 el desempleo bajó en Lalín en 139 personas, pero luego este dato no se tradujo en altas en cotizantes. Los efectos de la crisis en las comarcas son perceptibles si vemos el dato de afiliaciones que había a finales de 2008. Son 4.094 cotizantes menos en estos ocho años. Lalín perdió en este duro período un total de 2.255 trabajadores activos. En Silleda hay ahora 314 menos y 142 en Vila de Cruces. En Rodeiro fueron 52, 162 en Agolada y 52 en Dozón. A Estrada perdió 1.029 afiliados y Forcarei y Cerdedo, 17 y 71 caso respectivamente.