En las dos comarcas figuraban el año pasado 39 las aldeas abandonadas dos más de las que había en 2014. Silleda es el municipio con más núcleos despoblados (10), al sumar Regueira, en Taboada, que un año atrás tenía tres censados, a los que ya tenía: A Braña (Cira), Segude (Cortegada), Marín (Fiestras), Crestelle (Manduas), Freixeiro (Parada), Cartimil, Currelo y Outeiro (Siador) y Reigosa (Xestoso). A continuación figura A Estrada, que mantiene las mismas siete: A Pedreira (Agar), A Calzada (Arnois), O Coto (Codeseda), O Ouzamerxe (Guimarei), O Pinal (Oca), Os Muros (Parada) y Cruxeira (Santeles). Con cinco aldeas despobladas aparece Lalín, tras sumar Outeiro (Prado), que tenía un empadronado un año antes, a Vilela (Anseán), Agrazán (Anzo), Corbillón (Sello) y Piñoi (Vilatuxe). Lo mismo sucede en Agolada, pues Casas Novas (Bais) se añade a Cendoi y Quintas (Artoño), A Torre (Borraxeiros) y Casquive (Carmoega). La lista de Rodeiro baja a cinco tras censarse cinco personas en San Salvador de Camba y queda formada por: San Xoán de Camba (ídem), Remesar (Carboentes), Devesa (Río), Vila do Fondo (Riobó) y Devesa (Rodeiro). Y en Vila de Cruces, Arnego (Barrio), ahora con un morador, sale de una lista en la que entra Brandariz, que tenía cinco en 2014, y en la que siguen Souto (Insua) y Silvares (Merza). En Forcarei vuelven a figurar Pereira (íd.), Moscavide (Pereira) y Regotraveso (Santa Mariña de Presqueiras). En Dozón repite Cardoufe (Sanguiñedo) y en Cerdedo no figura ninguna aldea deshabitada.