Partido Popular y el edil no adscrito, Juan José Cruz, atacan duramente al alcalde lalinense, Rafael Cuiña, por asegurar que había visto en el vídeo de las cámaras de seguridad de la casa consistorial la reunión entre el portavoz del PP, José Crespo, y Cruz. El grupo municipal popular tilda de "gravísimo" y de "juzgado de guardia" que el mandatario admita que buscó las imágenes de este encuentro celebrado el pasado sábado. "No es la primera vez que esta persona, que dista mucho de comportarse como un alcalde a la altura de Lalín y al que se le llena la boca hablando de democracia, muestra comportamientos dictatoriales presuntamente delictivos". Afirman que Cuiña evidencia la preocupante involución de las libertades en el municipio y que piensa que el Concello "es su corral o su empresa".

Ante lo que Crespo estima como "extrema gravedad" de las declaraciones del mandatario local, añade que a su grupo no le preocupa lo más mínimo la existencia de esas imágenes una vez que su reunión con Cruz fue en el exterior del consistorio porque el edificio estaba cerrado "y porque no tenemos que escondernos". Además, añade que ya habían avanzado que se citarían con el no adscrito las veces que estimasen oportunas "para corregir políticas que este gobierno de perdedores aplica contra la voluntad mayoritaria de los vecinos". En relación al visionado de las imágenes reitera que el simple hecho de tomar esta decisión muestra un atentado contra la libertad y la privacidad de unos ciudadanos, con el agravante de que se hace con motivaciones políticas. Este episodio es, para el PP, motivo suficiente para dar por zanjada cualquier posibilidad de negociar con el gobierno. "Este comportamiento se llama desleal e irresponsable", concluye.

Por otro lado, Cruz coincide con el PP en que no tiene nada que ocultar en su reunión con Crespo y que las cámaras de seguridad del consistorio no deben usarse para espiar a nadie y menos a dos concejales "que están trabajando". Cruz dice que anormal es que él no esté en las comisiones de negociación y dice a Cuiña si el siguiente paso serán escuchas telefónicas. Cree que está obsesionado con no perder la Alcaldía, que pida perdón y, en caso contrario, pedirá su dimisión.