Lalín vuelve a ser pionero en Galicia en un asunto relacionado con los derechos y libertades de las personas. Lo fue en su día al abrir sus puertas a la llegada de refugiados procedentes de la guerra de Siria y lo es ahora al sumarse a una campaña para poner freno a la islamofobia. Y es que su alcalde, Rafael Cuiña, ha sido uno de los ocho que se ha adherido al proyecto puesto en marcha por el Observatorio Galego para a Defensa dos Dereitos e Liberdades, Esculca, para dar respuesta a lo que considera "una creciente oleada de islamofobia" en distintos puntos de Europa que "ya se puede percibir en España". Esta declaración llega diez días después de que el cuatripartito aprobase en pleno -con la oposición del PP- una moción que proclama la aconfesionalidad del Concello de Lalín.

Impulsar medidas que promuevan la conciencia y el conocimiento del colectivo musulmán entre el resto de sus vecinos es el cometido de la declaración de Esculca. Sus firmantes se comprometen a "poner todos los medios a su alcance" para "promover un clima de entendimiento y respeto" y "evitar la estigmatización o discriminación" de quienes practican la religión de Mahoma. Junto al regidor dezano, los otros pioneros de este proyecto han sido sus homólogos de Vilagarcía, Alberto Varela Paz; Moaña, Leticia Santos; Salceda de Caselas, Marcos David Besada Pérez; Teo, Rafael Sisto; Oleiros, Ángel García Seoane; Narón, José Manuel Blanco Suárez; y A Coruña, Xulio Ferreiro.

La declaración pública anima a los ayuntamientos a "erradicar actitudes y políticas de odio étnico, nacional o religioso". Para ello, aboga por la activación de programas educativos que "prevengan" la aparición de comportamientos discriminatorios. El texto también entienden que los responsables municipales "tienen la obligación de desempeñar un papel importante" a la hora de conformar comunidades "respetuosas y pacíficas, que garanticen la convivencia".

Rafael Cuiña comparte el contenido del documento "en todo lo que se refiere a convivencia, valores democráticos y tolerancia". La proposición de poner en marcha medidas para combatir la islamofobia llega a un Lalín que tiene sus puertas abiertas a las personas que huyen de la guerra en Siria.

Pero, ¿son necesarias campañas contra la islamofobia en Galicia? El secretario de Esculca, Bletxu Valeiras, cree que hay "indicios" que las justifican. El Ministerio de Interior constata el registro de 70 delitos de odio contra determinadas prácticas y creencias religiosas durante el año pasado, siete más que en 2014. Valeiras señala que, a raíz de los atentados yihadistas en Europa, integrantes de colectivos musulmanes que colaboran en actividades de integración les comenzaron a transmitir su "temor" y la "sensación de sentirse observados", hasta el punto de que "han llegado a decir que incluso sus propios vecinos les miran con miedo".

En todo el municipio de Lalín residen unas 200 personas llegadas de países que tienen el Islam como religión mayoritaria. La comunidad argelina es la más extendida, con 130 ciudadanos, según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística, a 1 de enero de 2015. También hay 57 de Marruecos o 12 de Pakistán.