La construcción del nuevo puente en Riobó para salvar el cauce fluvial y continuar con la reforma que se está ejecutando en la conexión entre esta parroquia y la de Oca obligará a cortar al tráfico durante diez días esta infraestructura, alterando, por tanto, la comunicación por este vial provincial que conecta la N-640 y la N-525 al paso de ambas carreteras nacionales por el término municipal de A Estrada. El alcalde, José López Campos, solicitó a la empresa que este corte se efectúe a comienzos de enero, después de las fiestas de Navidad.

Este margen temporal será posible después de la prórroga acordada para la reforma del tramo Riobó-Oca en la carretera Callobre-Ponteledesma. La junta de gobierno de la Diputación aprobó ampliar hasta el 31 de diciembre de 2016 su convenio con el Concello de A Estrada para una mejora cifrada en 750.000 euros y que se extenderá entre los puntos kilométricos 7+107 y 8+400 de la EP-7017.

En todo caso, el jefe del ejecutivo estradense subrayó ayer que, si todo avanza según lo previsto, la reforma que está materializando la firma Narom debería quedar concluida ya en el primer trimestre del año, concretamente hacia el mes de marzo. En este contexto, el primer edil subrayó que la obra llegará a final de este 2015 con los principales movimientos de tierra ya realizados.

En cuanto al corte que experimentará el vial por la construcción del nuevo puente que salvará el río, José López indicó que se practicará dos desvíos alternativos para los usuarios de esta carretera: uno a través de la carretera A Estrada-Ponte Ulla y otro mediante el vial que une Loimil con Remesar y la N-640.

En cuanto al propio puente, los detalles del proyecto facilitados en su momento por la Diputación de Pontevedra apuntan que medirá 31 metros. La plataforma actual duplicará su anchura, pasando de los 4,5 metros que mide a los nueve que tendrá. Para su construcción se utilizarán losas tipo barco de hormigón armado de nueve metros de largo y 2,40 de ancho hasta completar la longitud necesaria de la infraestructura, que asciende exactamente a 31,2 metros. Asimismo, la nueva infraestructura sobre este río llevará 62,4 metros de barandilla de acero de 1,08 de altura.

Otra de las características del proyecto es la exigencia de un importante movimiento de tierras, la actuación que, junto con la construcción del puente, hace que la reforma alcance un presupuesto tan elevado para un tramo de 1,5 kilómetros de longitud. Sobre el terreno se puede apreciar ya un considerable avance de estas actuaciones, perfilando en qué puntos se prevé corregir el sinuoso trazado del tramo.

Además, está contemplada -siempre en base a la información facilitada- la construcción una senda peatonal de 190 metros con aceras de 1,80 de ancho. Todo este recorrido será dotado de servicios pluviales, pozos de registro, sumideros, salvacunetas y drenajes. En las zonas de viviendas se ejecutarán obras de accesibilidad.

Aunque la cartelería para esta obra se colocó el pasado verano, las obras no entraron en su fase de ejecución hasta mediados del pasado mes de noviembre. La demora se debió a que finalmente fue necesaria una ocupación mayor.