El sol que lució durante toda la jornada de ayer en el cielo rodeirense animó a centenares de vecinos y turistas a desplazarse al casco urbano de Camba para disfrutar de las actividades de la Festa da Caza, que celebraba su segunda jornada pero que tenía otro serio competidor a la hora de hacer planes dominicales: la víspera de Fieles Difuntos. Esta coincidencia explica que la afluencia a la cita rodeirense fuese menor de la esperada, a pesar de que los reclamos eran variados y cubrían todas las cuestiones vinculadas al mundo de la actividad cinegética.

Así pues, a media mañana abría la carpa en la que se alojaban diversos stands con productos típicos de Rodeiro. No faltaba el pan, ni el licor de tojo de Casa Achacán. al igual que la carne de conejo de Cogal y las galletas Daveiga. Pero un paseo por los puestos también permitía admirar los trabajos de la Asociación de Mulleres Rurais o los muebles de castaño de Curroliño, desde el clásico arcón hasta una moderna silueta de guitarra que en realidad es una torre para colocar CD's.

Las actividades de exhibición se desarrollaban en las proximidades de la carpa. También desde primera hora, los amantes de las aves de presa podían contemplar, en una caseta próxima, hasta una veintena de ejemplares de cetrería, que se convirtieron en uno de los reclamos de la jornada durante las dos exhibiciones de vuelo que hubo durante la jornada. Los turistas más hábiles también pudieron poner a prueba su puntería en el prado donde se practicaba field target (tiro de campo con siluetas que simulan piezas de caza). Y, si hablamos de aptitudes, hay que mencionar a los perros que participaron en la exhibición de Agility.

Pero hablar de caza es hablar de un menú exquisito. Como las tapas que sirvieron los locales y los menús específicos que prepararon cinco restaurantes. Muchos colgaron el cartel de lleno y todos los bares disfrutaron de los cantos de taberna, a media tarde.