José Neira Vidal fue en su época la persona más importante de la colectividad gallega en Argentina, cuando allí vivían 500.000 gallegos. Nació en Lalín el 7 de mayo de 1895. Era hijo único de Nemesio Neira Areán y Áurea Vidal Salgado. Acompañando a sus padres, emigró a Argentina en 1907. A su llegada ingresó en la escuela primaria del Colegio General Güemes, en el 5º grado. Estudió después el Bachillerato y más tarde Procuración, obteniendo el título con la primera promoción de 24 alumnos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se casó con Joaquina Martínez, también española (de Cartagena), de cuya unión nacieron dos hijos, José Carlos e Ilda.

En 1914 y para poder pagarse los estudios universitarios, ingresó como funcionario en Correos y Telégrafos de la Nación Argentina, de cuyo personal formó parte hasta 1929, trabajando simultáneamente como secretario de un abogado. Fue presidente a los 23 años de la Asamblea de Empleados de Correos y Telégrafos, realizada en la Agrupación Artística Gallega.

En 1928, con el apoyo de Adrián Fernández Castro, presidente del Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, fue designado por el intendente Cantilo como apoderado general de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que desempeñó hasta 1946, fecha en que renunció para acogerse a la jubilación. De forma paralela atendía su despacho de abogados, en colaboración con su hijo José Carlos. Desde 1946 y hasta 1968 fue dueño, en sociedad con un pariente lalinense, de una fábrica textil. También hizo alguna incursión en la construcción inmobiliaria.

Todas estas actividades no impidieron a Neira Vidal prestarle atención constante a distintas asociaciones civiles, especialmente gallegas. Comenzó a los 17 años a actuar como secretario de la sociedad de Arzúa o Mellid (no está claro), desempeñando posteriormente el cargo de secretario de la Agrupación Artística Gallega, que desapareció al fusionarse con la Agrupación Coral A Terra y otras para dar lugar, en 1920, a la extinguida Casa de Galicia con sede en la calle Moreno 1932, de cuya Comisión de Fiestas fue su primer presidente. Debido a las profundas divergencias surgidas en esta última entidad, que culminaron con su desaparición, se constituyó el Hogar Gallego, también desaparecido y del cual fue secretario.

En 1928 se fundó el Club Deportivo Español, que ganó campeonatos de lucha greco-romana y alguno de boxeo, entrenándose en él Luis Rayo, famoso boxeador español. Este club lo tuvo como secretario y presidente de la Comisión de Deportes. En el año 1929, una de las más importantes entidades deportivas de la colectividad española, el Club de Regatas Hispano Argentino, con sede deportiva en Tigre, en la provincia de Buenos Aires, lo eligió su presidente.

Pero su corazón y sus simpatías en lo societario estaban en la colectividad gallega. Durante 11 años ocupó la secretaría y presidencia de la Asociación Hijos del Partido de Lalín, y entre 1927 y 1932, la secretaría del Centro Gallego. Durante ese lustro ocuparon la presidencia de la entidad Alonso Pérez, Antonio Boo y José Villamarín.

En estos años se proyecta y construye el panteón social en el cementerio de Chacarita y se planea la construcción de la primera etapa del edificio social del Centro Gallego, colocándose la primera piedra con la asistencia del presidente de la República Argentina, General Justo. Neira Vidal pronunció un discurso en dicho acto.

El espíritu cultivado de Neira Vidal lo impulsó a prestarle atención preferente a todo lo relacionado con la cultura gallega, en pañales aún en el Centro Gallego. A grandes rasgos, citamos algo de lo realizado: Se crea una sección gallega en la naciente biblioteca. Se inaugura en el Salón Amigos del Arte, de la calle Florida y en combinación con el Centro Gallego de Montevideo, una exposición de arte gallego, enviando obras los más destacados artistas de Galicia. Se edita un Compendio de la Historia de Galicia, de Murguía, en homenaje al mismo y con motivo de su nacimiento. En 1932 se consigue el Teatro Colón para realizar la fiesta de Santiago Apóstol, que nunca había sido concedido a ninguna colectividad extranjera, salvo a la francesa para festejar la toma de la Bastilla. .Se organizó la biblioteca social, se la dotó de muebles adecuados, se encuadernaron todos los libros existentes y se adquirieron cuantos libros gallegos o relacionados con Galicia se habían editado. En la compra de los libros intervino como asesora la Academia Gallega y se invirtió la suma de 3.000 pesos, una cuantía excesivamente grande para las exangües finanzas de la modesta entidad.

Una de las tareas realizadas por Neira Vidal durante su secretariado y que él consideraba de las más eficaces para elevar el prestigio de los gallegos en Argentina, y destruir el concepto de inferioridad consistió en lograr que los más prestigiosos órganos periodísticos argentinos hiciesen publicaciones difusoras de los valores morales, culturales o materiales de Galicia y de sus hijos. Logró que La Prensa, La Nación, Fray Mocho, El Hogar o Caras y Caretas hiciesen publicaciones elogiosas sobre los gallegos y el Centro Gallego.

Como miembro de la Comisión de Cultura presentó a Salvador de Madariaga en una conferencia que éste dio en el Teatro Politeama de la ciudad de Buenos Aires. Consigue asimismo que el Centro Gallego en 1947 instituya un premio anual para alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires, relacionado con la cultura gallega.

Tributo a Aller Ulloa

A la Sociedad Hijos del Partido de Lalín dedicó durante toda su vida sus desvelos y entusiasmo. Reformó durante su presidencia la casa de la calle Moreno 1949, dotándola del salón de fiestas. Organizó por encargo de la Intersocietaria el homenaje al insigne sabio lalinense Ramón María Aller Ulloa. También por encargo de los de Lalín, puso en marcha el que fue quizá el festival más galleguista realizado en la Argentina, en el año 1932, en el Teatro Cervantes, que hacía poco que se había inaugurado. Neira Vidal consiguió que su amigo Nicolás de las Llanderas, autor de Así es la vida o Los tres berretines escribió para la ocasión O pote das morriñas, cuyo éxito fue tal que las localidades se agotaron dos semanas antes.

En 1942 consigue que la entidad de emigrantes costee la edición de la tesis doctoral de Alicia Santaella Murias, "Rosalía de Castro. Vida, poética y ambiente".

La actuación pública de Neira Vidal culminó con su elección en 1938 como presidente del Centro Gallego, representando la candidatura republicano-galleguista, cargo que desempeñó hasta 1941. Durante la misma se construyó la segunda etapa del edificio de la entidad, que se inauguró solemnemente en 1941. Durante su mandato se organizó una colecta entre los asociados para arbitrar los fondos necesarios destinados a la tercera etapa. La demora en proseguir la obra y el advenimiento de la gran inflación que sufrió el país impidieron la realización inmediata de esta tercera fase.

Durante su presidencia del Centro Gallego se realizaron festivales matutinos, en conmemoración del 25 de Julio, en las salas de los cines Ópera y Gran Rex de la capital argentina, retransmitidos a través de la Unión Telefónica y Transradio y con la que se cubrió todo el continente.

Fue amigo del pintor Luis Seoane, al que nombró director de la Revista del Centro Gallego, de Jiménez de Asúa y de Castelao, al que invitaba frecuentemente a su casa. En el año 1940, fue el encargado de acogerlo cariñosamente en las horas del exilio argentino, pronunciando un apasionado y elocuente discurso, en el que le dio la bienvenida en nombre de todos los gallegos de Argentina. Neira Vidal recordó que es uno de los más altos valores de Galicia "Los gallegos son Castelao, intérprete fiel y leal de Galicia", recalcó.

Terminada su presidencia en el Centro Gallego, tuvo después escasa actuación porque aplicó el aforismo "del gobierno a casa", no obstante lo cual y por obra de penosa circunstancia imprevista ocupó la presidencia del Consejo de Apelación del Centro Gallego, durante seis años, del cual formó parte en su carácter de expresidente y de decano.

Siempre llevó a Galicia y a Lalín en su corazón y este cariño a su tierra, lo puso de manifiesto en una entrevista que le hizo El Pueblo Gallego en mayo de 1941. "No he realizado ningún viaje a España, pero tengo una imagen clara de la Galicia actual a través de mis lecturas y de las conversaciones con mis paisanos. Estoy tan presente en la vida gallega que ahora mismo soy capaz de hacer un plano de Lalín. Quiero ver una Galicia prospera, culta. Quiero verla industrializada, con todos sus recursos económicos puestos en marcha".