Los casi tres meses sin precipitaciones elevan a 2,92 millones las pérdidas en las fincas de maíz de Deza y Tabeirós, puesto que según los cálculos de Unións Agrarias las cosechas estarán un 40% por debajo de las de años anteriores. El maíz soporta ahora unas temperaturas demasiado elevadas para su correcto espigado, mientras que hace dos meses la situación era justo la contraria: demasiada humedad debido a las lluvias de primavera y el termómetro por debajo de lo habitual obligaron a sembrar casi un mes más tarde, lo que ya entonces causó unas pérdidas en la zona de 1,18 millones de euros.

Para el sindicato que en la comarca lidera Román Santalla, las expectativas no son nada boyantes respecto a los resultados de las 5.700 hectáreas de maíz que se cultivan en la zona. Hubo que sembrar ya una variedad de ciclo corto, que rinde menos, y además escoger entre la siembra de maíz o el segundo corte de hierba para ensilado para si, con suerte, éste salía mejor y con más proteína que el primer corte, criado solo con agua y sin apenas calor.

Aunque las cifras exactas se conocerán entre finales de septiembre y comienzos de octubre, Santalla ya adelanta que las explotaciones ganaderas tendrán que buscar nuevas fuentes de alimentación para su ganado, ya sea a través de pastos o comprando piensos. Por eso, urge a la Xunta que se suspenda la prohibición de pastorear en terrenos asolados por los incendios. "Es necesario cambiar la legislación, porque a día de hoy tienen que pasar entre tres y cinco años hasta poder alimentar a los animales en esas fincas quemadas", explica el sindicalista. Una circunstancia injusta si se tiene en cuenta que el ganadero es, precisamente, el mayor agente contraincendios por la labor de desbroce que ejerce su ganado en régimen extensivo.

Si se levanta esta prohibición, se ayudará a los ganaderos a controlar su volumen de gastos en un año especialmente aciago para la agricultura y la ganadería. Pero Medio Rural también tiene que actuar en otras cuestiones, como la reactivación de las concentraciones parcelarias o una profunda reforma de la reordenación de las tierras y de Bantegal, "cuyos efectos en las comarcas han sido nulos", manifiesta Santalla.

El coste de los cereales

Es preciso, también, que se produzca ya el tan anunciado desde hace meses el abaratamiento de los piensos, porque el trigo ha bajado un 30% gracias a la excelente cosecha a nivel mundial, y la soja se mueve en porcentajes similares. "A pesar de la reducción de las cotizaciones de las materias primas en los mercados en las últimas semanas, los ganaderos siguen pagando lo mismo por la alimentación para sus animales". Sin embargo, tan pronto como sube el precio de estas materias, el precio de los piensos se dispara.