Motociclismo - Mundial de Motocross

Un jalón en el viaje

Rubén Fernández, feliz por su primera victoria en MXGP: “Es algo especial para mí. Quedará en la memoria”

Rubén Fernández, en el podio. |  // MXGP

Rubén Fernández, en el podio. | // MXGP / Armando álvarez

Armando Álvarez

Armando Álvarez

“Ha sido un largo viaje”, ha declarado Rubén Fernández. Así lo siente el vigués, piloto de Honda, acostumbrado a la sucesión de derrapajes y saltos del motocross. Apenas cuenta con 24 de edad, cumplidos el pasado mes de febrero. En Argentina, en el arranque de la temporada, ha conquistado su primer gran premio del Mundial. “Un largo viaje”, repite. El camino hacia el escalón más alto del podio ha sido afanoso y empinado. Le ha exigido sacrificios, como mudarse a Holanda con 16 años, que ahora encuentran su recompensa. Rubén contempla un horizonte despejado desde esa cima. Integrado al fin en la estructura de una escudería oficial, compite en igualdad de condiciones con los favoritos. De la Patagonia regresa sintiéndose legítimamente como uno de ellos.

Pero ni siquiera en la materialización de sus sueños le ha allanado la fortuna el recorrido. En la austral Villa La Angostura, 1.500 kilómetros al sur de Buenos Aires, a donde miles de aficionados peregrinan cada año para jalear a los pilotos en sus vuelos, Rubén tuvo una vez más que levantarse de una caída. Le sucedió en la primera manga, cuando marchaba cuarto a cinco minutos de la conclusión. “Fue un error”, aceptaba en conversación con Santiago Crevoisier. A los medios oficiales del campeonato les confesaría: “En la primera carrera estaba un poco nervioso”.

De contratiempos más graves se ha recuperado. Rubén Fernández disputó en 2022 su primera temporada completa del Mundial. Todo marchó razonablemente bien hasta el GP de la República Checa, en Loket. Allí sufrió un corte en el brazo derecho que se le infectó, requirió cirugía y lo mantuvo convaleciente varias semanas.

Ningún cuerpo de piloto es ajeno a las cicatrices y los malos recuerdos. Gestionar la adversidad forma parte del proceso. Rubén fue capaz de mantener la cuarta posición y acudió a la segunda manga con hambre de revancha; cierto que creyendo que su candidatura al triunfo global había quedado comprometida fatalmente. “Era algo que no me esperaba”, le indicó a Crevoisier. La táctica para lograrlo carece de complejidad y rebosa épica: “Conseguí ponerme primero, me concentré en tirar, en abrir espacio con los de detrás, y conseguí hacerlo hasta la bandera de meta”.

Salida de una de las mangas en Argentina.

Salida de una de las mangas en Argentina. / Juan Pablo Acevedo

Jorge Prado (GasGas), Romain Febvre (Kawsaki) y Maxime Renaux (Yamaha) habían subido al podio en la manga inicial. En la posterior, Rubén superó a Jeffrey Herlings (KTM) y Jeremy Seewer (Yamaha). La sexta posición de Prado le facilitó al vigués la primera posición en la general de la prueba. “Cuando me dijeron que había ganado el GP no me lo creía por esa caída que me había hecho perder bastantes puntos”, valora Rubén, entusiasmado con el apoyo de la muchedumbre: “De alguna forma lo hicimos aquí en Argentina, que es como estar en casa lejos de casa. Es algo especial para mí. Quedará en la memoria”.

El análisis no se queda en la posición. Incluye el rendimiento técnico. “Estoy contento con mi forma de montar en esta pista”, certifica. La tierra patagona, en un circuito cercado por los árboles, tal vez le recordase tantas trochas cabalgadas por las colinas de Galicia y Portugal. O ese circuito de Morgadáns en el que hormiguean niños que lo tienen como ídolo.

Rubén reclama su sitio. Ha crecido a la sombra de Jorge Prado, compañero de generación, dos años menor, genio prematuro, que ya ganó su primer GP mayor en Faenza en septiembre de 2020. Prado llegará a la próxima cita, en la arena sarda de Riola, como líder del Mundial gracias a su mejor tiempo en la jornada clasificatoria del sábado en Villa La Angostura. El motocross gallego observa a ambos con orgullo. También al porriñés Yago Martínez, 15º en su estreno mundialista en MX2. “Vamos subiendo el nivel cada vez más. Es algo bonito. Esperamos continuar en esta línea”, condensa Rubén.

Dispone de las herramientas necesarias para consolidarse entre los grandes. “Esto no habría sucedido sin toda la gente a mi alrededor, el equipo, mi familia y todos los que me apoyan”, enumera. Honda se ha volcado con el vigués a la espera de que el vigente campeón, Tim Gajser, se recupere a la fractura de fémur que sufrió en febrero. Rubén le ha probado de manera inmediata a la marca japonesa el acierto de su apuesta. El viaje prosigue.

Suscríbete para seguir leyendo