La alpacadora que hizo ingeniera a Celia

Una vecina de Covelo es una de las dos mujeres que se gradúa en Mecánica este año

Celia Correa en la explotación ganadera con la alpacadora que la animó a estudiar Ingeniería.   | // A. GUTIÉRREZ

Celia Correa en la explotación ganadera con la alpacadora que la animó a estudiar Ingeniería. | // A. GUTIÉRREZ / eva míguez

Todo comenzó con la alpacadora que los padres de Celia Esther Correa empleaban en su explotación ganadera, en Covelo. Cuando Correa todavía no había decidido qué profesión quería ejercer cuando fuera mayor, apareció la curiosidad por este vehículo agrícola que formaba parte de su día a día cuando ayudaba en las tareas de la empresa familiar. “Pasaba muchas horas detrás y comenzó a llamarme la atención para descubrir cómo funcionaba”, explica. Ahora, ella es una de las dos mujeres que se gradúa en Ingeniería Mecánica con especialidad en Transportes por la Universidad de Vigo este año.

Para llegar a ese punto, Celia tuvo que recorrer una media de 60 kilómetros al día para acudir a las clases en el campus universitario de Vigo. Al volver, ayudaba a sus padres en la explotación ganadera que se ubica en el municipio de Covelo, y más tarde, establecía un calendario para poder estudiar y aprobar los exámenes de la carrera.

Llegó el momento de realizar las prácticas del Grado en Ingeniería Mecánica y Celia Esther Correa cambió su destino diario. Pasó de Vigo a Porriño para trabajar en el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG). “Mi día a día es bastante ajetreado porque me levanto todas las mañanas muy pronto, como con mis compañeros, vuelvo a casa, en Covelo, para ayudar a mis padres y luego llega el momento del estudio”. Además, Correa apunta que “en casa también cuidamos de mis abuelos y todo el tiempo que puedo estar con ellos, aunque solo sea en el sofá, para mí es la mejor parte del día”.

Recuerda “que desde el momento de la alpacadora siempre tuve bastante claro a qué me quería dedicar, además en casa me animaron mucho” aunque lamenta que, por lo general, “a las mujeres desde pequeñas nos vayan guiando por la rama de la enfermería o del cuidado”. Con todo, apunta que “tuve suerte porque recibí apoyo de mi familia y de profesores para que cursara esta ingeniería”. Además, “me encantan los coches”. Y a eso se dedica ahora en el CTAG “con mi especialización en transportes, realizo ensayos y validación sobre cuánto puede durar una pieza de un coche o, entre otras cosas, realizo informes de los resultados de la viabilidad de una opción u otra”.

Celia Correa reconoce que “aunque hubo veces que se hizo duro sacar todo adelante, tengo mucha suerte de poder dedicarme ahora a lo que me gusta y de lo que estudié, aunque supuso también mucho esfuerzo”.

Ahora, esta vecina de Covelo, una de las dos mujeres de la Universidad de Vigo que tendrá el Grado en Ingeniería Mecánica con especialización en Transportes, piensa en el siguiente paso: un máster con el que poder “seguir aprendiendo, pero sin dejar por supuesto de ayudar en la empresa familiar”.