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LOURIÑA

Diario porriñés de días "confusos"

Rogelio Rodríguez, coadjutor de Santa María de Porriño durante la Guerra Civil, relató en un diario lo acontecido en los primeros días del conflicto en la villa

Pagina interior diario. // D.P.

"Un piquete de soldados se llevó de la cárcel a presos y en el monte denominado `Vuelta da Moura´, se les aplicó la ley de fugas, fusilándolos, causando, al saberse, gran consternación por ser los primeros". Es un extracto del diario personal de Rogelio Rodríguez, coadjutor de la parroquia de Santa María de Porriño durante la década de 1930, un documento inédito al que ha tenido acceso Faro de Vigo. Este sacerdote porriñés, narró con minucioso detalle los primeros días de la guerra civil española en Porriño. El clérigo, que comenzó su carrera en Teis pero que desarrolló casi toda su labor ministerial en el municipio de Louriña, es el autor de un documento que él mismo definió así: `Apuntes históricos de España y de Porriño desde la proclamación de la República el 14 de abril de 1931´. En su interior, además de un extenso repaso de lo ocurrido en todo el país, también se puede leer una cronología de los hechos acaecidos en Porriño durante las jornadas inmediatamente posteriores al alzamiento militar.

19 y 20 de julio de 1936

La descripción que el coadjutor realiza empieza el domingo, 19 de julio de 1936, un día después del golpe. Rogelio Rodríguez relataba lo siguiente: "a las 12 este día, una comisión nutrida de marxistas da comienzo a su primer registro, empezando por la Iglesia, en la que hicieron minuciosos registros por si en ella había armas". Al día siguiente, 20 de julio, el sacerdote señala que "empiezan ya a circular patrullas de obreros; después del medio día es declarada la huelga general, obligando a cerrar comercios, recorriendo las calles grupos de marxistas armados de escopetas que daban vivas a la revolución soviética. En la tarde dan comienzo los registros de casas particulares (entre ellas la mía). Requisan bebidas, tabaco, cerillas, municiones, pólvora y demás ingredientes para la fabricación de bombas que se confeccionaban en el Ayuntamiento, lugar que los revolucionarios habían convertido en cuartel general y en el que llegó a haber un verdadero arsenal de bombas y botellas de líquido inflamable".

Días confusos

A estos dos primeros días le siguen jornadas que Rogelio describe como confusas. El 21 de julio afirma en su diario que "con motivo de correrse la voz de que venían las tropas nacionales de Vigo a reclutar hombres, fueron muchos los que escaparon a los montes". Ya el miércoles 22, indica que "las radios daban noticias contradictorias, no sabiéndose lo que ocurría en España y temiendo a cada momento que nos prendiesen y fusilasen", refiriéndose en este caso a lo que define como "fuerzas revolucionarias".El jueves de esa primera semana, señala que "continuamos con la misma zozobra que el día anterior" y es el día 26 de julio cuando escribe en el libro de anotaciones lo siguiente :"eran las 7 de la mañana cuando llegaron a la Central tropas de Orense, Pontevedra y Vigo, en 43 camiones, con soldados de Infantería, Guardia Civil, carabineros y 1.500 de Falange, aparte de camiones cañones y ametralladoras". Continúa explicando que "salieron para Tuy, no encontrando en el camino resistencia y sí banderas blancas, entrando en la Ciudad a las 3 de la tarde, rindiéndose los revolucionarios y escapándose otros para Portugal, abandonando el seminario, que era donde tenían su cuartel general".

En las jornadas inmediatamente posteriores, Rogelio Rodríguez describe una situación en las que poco a poco las tropas nacionales van tomando el control de Porriño y Tui.

Represión

Es a partir del 6 de agosto, cuando el coadjutor porriñés comienza a dar cuenta de la represión. Ese día escribe: "a las 6 de la tarde se presentó una camioneta de Tuy con un piquete de soldados, llevándose de la cárcel a presos a los que en las Gándaras de Guillarey y en el monte denominado `Vuelta da Moura´, se les aplicó la ley de fugas, fusilándolos, causando en esta al saberse gran consternación por ser los primeros que se fusilaban".

A partir de ahí, y hasta el 9 de agosto de 1937, el diario sólo da cuenta de fusilamientos practicados por el bando nacional en Porriño y municipios cercanos, aportando nombres, fechas y lugares en que fueron enterrados los cuerpos.

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Los extractos que transcribimos, por su interés historico, son la descripción de unos hechos contados bajo el prisma de este sacerdote, que por ser en aquel momento uno de los curas de la parroquia más céntrica del pueblo y por haber ejercido durante más de tres décadas su labor ministerial en la mencionada parroquia, podrían tener especial relevancia. La publicación se hace, asimismo, después de obtener el pertinente permiso de los herederos y actuales poseedores de este diario personal, que nos han permitido tener acceso al mismo.

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