El río Pugariño, que desemboca en la playa de Arealonga, arrastró en los últimos días vertidos procedentes de las obras de la AP-9 en Chapela. El último se produjo ayer por la mañana y el pasado sábado se registró otro que obligó a la presencia de la Policía Local, alertada por los bañistas. Según confirmaron fuentes municipales, se trata de restos de tierra procedentes de la zona de Pasán, donde están realizándose movimientos por la ampliación de la autopista.

Desde el departamento de Medio Ambiente, que dirige el edil Miguel Ángel Álvarez, indican que estos vertidos no afectan a la calidad de las aguas. "En otras ocasiones sí, puesto que eran fecales y procedían de la depuradora", pero no en esta ocasión, apuntan.

El baño está permitido en Arealonga a pesar de que la Xunta califica la calidad de las aguas marítimas de este arenal como "insuficiente", debido a que realiza el cálculo sobre los resultados de los análisis de los últimos cuatro años.