El Celta se engancha al plan de Giráldez

El técnico de Porriño sale airoso de su estreno en la élite sin renunciar a un estilo de juego valiente y ofensivo, con protagonismo de la cantera y aprovechando los recursos de la plantilla

Hugo Sotelo, con el balón, perseguido por Óliver Torres, con Aspas y Acuña en segundo plano.

Hugo Sotelo, con el balón, perseguido por Óliver Torres, con Aspas y Acuña en segundo plano. / J. MANUEL VIDAL

El celtismo ha vuelto a recuperar la ilusión y el optimismo después de que el club pusiese hace una semana punto y final al agotado proyecto de Rafa Benítez para situar al frente del primer equipo a un Claudio Giráldez sin experiencia en el fútbol profesional pero que venía de protagonizar un excelente trabajo en el filial céltico.

El porriñés no dudó en poner en práctica en su estreno en la élite su manual de estilo, basado en la posesión de la pelota, con un carácter ofensivo y buscando el protagonismo en el campo, otorgando galones a los canteranos, rescatando y recolocando piezas que Benítez no contempló y apostando por un juego más agresivo en la presión pero evitando brusquedades.

El equipo con menos tarjetas de LaLiga se marchó de Sevilla sin ninguna amonestación arbitral pero con tres valiosos puntos por ser fiel al ideario de Giráldez. Eso sí, el porriñés incumplió su palabra de no entrar en su nuevo cargo como un elefante en una cacharrería. Le bastaron cuatro entrenamientos en Afouteza para cambiar completamente la cara al Celta, que ahora afronta esperanzado la recta final de la temporada de la mano de un entrenador que aplicará su método con todas las consecuencias.

Valentía y dominar el juego

Giráldez aprovechó su presentación como entrenador del Celta, el pasado martes, para anunciar dos de sus ideas claves: valentía y dominar los partidos. Y con ellas planeó el partido en el Sánchez Pizjuán. Ante un Sevilla que también pelea por la permanencia, los célticos alcanzaron el 64,8 por ciento de posesión de la pelota (la mayoría del tiempo en campo contrario) y realizaron 18 remates (5 a portería), frente a 11 y 4 del rival. El Celta se presentó con un 3-4-3 como dibujo táctico, con la defensa muy adelantada y juntó las líneas, apostando también por la movilidad en los desmarques y la presión más alta que con Benítez.

Esta es una de las facetas a mejorar, así como evitar que el rival insista tanto, como el Sevilla, en mandar balones a la espalda de los defensas. Así llegó el gol de En-Nesyri y algunas de las ocasiones más claras de los andaluces ante un acertado Guaita. Pese a los apuros de última hora por conservar la ventaja en el marcador, el Celta continuó apostando en la capital andaluza por defenderse con el balón y acertó con esa propuesta, sin que Vicente Guaita pasase por demasiados apuros.

Confianza en la cantera

Se esperaba con interés el primer once con el que se estrenaría Giráldez en Primera División. Y el técnico louriñés fue consecuente con su predicamento en favor de la cantera celeste, a la que venía dirigiendo desde que entró a trabajar en el club hace nueve años. Utilizó de cara las tres licencias de jugadores del filial que le permite el reglamento, dando entrada desde el inicio a Carlos Domínguez, Hugo Sotelo (ambos con dinámica del primer equipo) y Hugo Álvarez, que se estrenaba como titular en Primera División. Además, el moañés Iago Aspas capitaneaba a los celestes, en cuya convocatoria aparecía un Damián Rodríguez que es pieza fundamental en el Celta Fortuna.

El mediocentro ponteareano pudo debutar en la élite el día de su vigésimo primer cumpleaños al sustituir a Hugo Álvarez en el minuto 76. Este fue uno de los más destacados del partido e incluido fue incluido en uno de los onces ideales de la jornada en Primera División. La apuesta por los jugadores de casa también resultó favorable para el equipo y para un Giráldez que tras la victoria insistía en que el protagonismo es de los futbolistas, nunca suyo.

Nuevo papel de Mingueza

En la puesta en escena del Celta llamó la atención que Giráldez apostase por Mingueza como tercer central, cuando Coudet, Carvalhal y Benítez habían descartado al catalán para ocupar esa posición y le otorgaban responsabilidad como lateral o en el centro del campo. Como carrilero en Sevilla apareció Manquillo, que desde su llegada en enero al club fue lateral derecho, excepto en una ocasión que lo hizo como tercer central.

Papeles cambiados en un once que contó por el otro carril con Hugo Álvarez, un futbolista ofensivo y de buen toque que simboliza el estilo de juego que quiere implantar Giráldez en el Celta. Además del regreso de Sotelo a la titularidad, el resto de jugadores era más previsible y acorde incluso con los planteamientos del anterior entrenador del conjunto gallego.

Récord de pases

Los célticos se aplicaron en la circulación del balón para llevar la iniciativa en el juego. Para ello, Giráldez rescató al canterano Hugo Sotelo (apenas contaba ya para Benítez), al que juntó con Fran Beltrán como pareja de mediocentros. No importó la superioridad física de los centrocampistas del Sevilla. La pelota deslizándose por la hierba estaba casi siempre bajo el control de los celestes, que ante el Sevilla alcanzaron el récord de la temporada en pases realizados (649 frente a los 388 de media con Benítez).

Destacó también en el Sánchez Pizjuán la efectividad en el pase de los celestes: el 90 por ciento de los mismos (585). De la especulación y de jugar a la contra, el Celta pasaba a llevar la iniciativa con el balón en los pies: otra de las promesas de Giráldez en su presentación como entrenador del primer equipo. La mayor agresividad mostrada en la presión apenas generó incidencias. El Celta acabó cometiendo 6 faltas, por 13 del Sevilla, que fue sancionado con 4 tarjetas amarillas por ninguna del conjunto vigués.

Gestión de los recursos

Giráldez apuesta por darle más protagonismo a la cantera y por aprovechar todos los recursos que le ofrece una plantilla amplia y la más costosa de la historia del club. Al lesionarse Manquillo, el entrenador de Cans rescató a Carles Pérez del ostracismo. El catalán acumulaba siete jornadas sin jugar con Benítez. Ante el Sevilla, el ex barcelonista respondió a la confianza del nuevo técnico con un golazo que suponía el empate. Y para refrescar el centro del campo en la segunda mitad, Giráldez recurrió a otro de los fichajes de invierno: Jailson Marques, que había perdido protagonismo en las últimas jornadas. El brasileño comenzó como mediocentro y acabó como tercer central, aportando experiencia y tranquilidad en un tramo final muy incierto.

Oxígeno para la defensa

Otra de las novedades de Giráldez fue refrescar la defensa en la recta final, donde fallos individuales habían arruinado muchas ilusiones del Celta en jornadas anteriores. Inició el partido con Manquillo, Mingueza, Núñez, Domínguez y Hugo Álvarez y acabó con Carles Pérez, Mingueza, Starfelt, Jailson y Cervi, cuatro cambios sobre cinco. De hecho, el VAR anuló un penalti que el árbitro señaló a Starfelt por una supuesta falta a Lukebakio. El quinto cambio (en el minuto 76) fue en el doble pivote (empezaron Beltrán y Sotelo, acabaron Beltrán y Damián). Y esta vez, el Celta supo conservar la ventaja, que llegó tras una remontada en la segunda mitad, circunstancia inusual en el equipo celeste en los últimos tiempos.

El papel de Aspas

Giráldez necesita el respaldo de los pesos pesados del vestuario para llevar adelante su plan. Esa tarea puede facilitársela Iago Aspas, capitán y máximo representante de la cantera. El moañés no se sentía cómo en el esquema de Benítez. El nuevo técnico no lo dejará tan aislado en ataque. En Sevilla lo rodeó de jugadores de toque, que manejan sus mismas claves, sin necesidad de recorrer tantos kilómetros para sacar a relucir su talento. Aspas también parece enganchado al proyecto de Giráldez.

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