GETAFE 3 - 2 CELTA

El Celta resucita y muere en 5 minutos

Los de Benítez iban perdiendo 2-0 al descanso, pero la entrada de Aspas y Allende en la segunda mitad mudó por completo el guion: empataron en el 85, aunque en el 89 sentenció Mata

Una de cal y otra de arena. El Celta de Rafa Benítez, y el de los últimos años también, vive en una montaña rusa de emociones, no solo tras cada encuentro, sino a lo largo de los 90 minutos de cada uno. La contundente victoria de la pasada semana ante el Osasuna abría la puerta a la esperanza, pero fue, sin embargo, un espejismo (otro más). El mismo once de Pamplona salió hoy frente al Getafe, pero con un final totalmente opuesto: 2-0 abajo ya en la primera mitad. Tras la reanudación, un nuevo planteamiento más ofensivo gobernado por Iago Aspas revolucionó el duelo y permitió llegar al empate a falta de 5 minutos para el final. En el 89, Mata acribilló con un remate poco ortodoxo colocando el 3-2 final.

No resultó el plan de contención de Benitez con su 5-4-1 ante otro muro como es el Getafe de José Bordalás. Se le acaban las balas al técnico madrileño, que de nuevo apostó por la suplencia de Iago Aspas dejando en solitario a Larsen en la punta del ataque. El tiempo le acabó arrebatando la razón. No rectificó hasta el 55 con la entrada del propio moañés y Tadeo Allende. Pero antes, ya le había caído un par a los celestes que les condenó a la postre.

Con todo, fueron los visitantes quienes amenazaron primero con un disparo de Ristic de falta directa que, de no ser desviado delicadamente por la barrera, pudo haber inaugurado la cuenta ya en el minuto 10. En el 30, fue Unai Núñez quien se aproximó a la gloria culminando una jugada de estrategia entre Beltrán y Mingueza con un testarazo que se marchó lamiendo la madera. Minutos después, el VAR anuló un penalti concedido por el colegiado tras un remate de Greenwood que desvió con la nuca Carlos Domínguez, para fortuna personal de Beltrán, quien regaló el balón en territorio peligroso previamente.

Después del susto, las mallas se estrenaron en territorio propio cerca del descanso, cuando más duele, en el 41, y en medio de un partido aburrido, totalmente desestructurado y de escasa calidad. Borja Mayoral aprovechó en la misma línea de gol un rechace tras un buen remate de Jordi Martín que golpeó en el larguero. Sin tiempo para reponerse, ya en el descuento, una pérdida terrible de Tapia, que estaba firmando un encuentro sólido hasta el momento, provocó el segundo: Greenwood, muy activo durante todo el choque, recibió el cuero en el flanco derecho, metió la directa, disparó y, tras tocarla Guaita débilmente, la pelota acabó, de nuevo, en la cal de portería, donde Jaime Mata tan solo necesitó empujarla. Noqueados.

Tras el tiempo de refresco, el Celta resucitó. Los vigueses creyeron en algo más que en una rápida y triste derrota con la entrada al campo de Aspas y del fichaje invernal Allende. Fundamentalmente el primero fuen quien obró el milagro. Contribuyó en el tanto inaugural celeste, un remate de cabeza de Larsen en el 71 a centro de un Manquillo que se tuvo que marchar lesionado posteriormente. Por su parte, el argentino conectó en el 84 una asistencia a Douvikas, a quien Soria le privó del gol con una mano salvadora. En el 85, de nuevo Aspas se sacó de la chistera un pase milimetrado al propio Allende, quien se plantó ante el guardameta para elevar el esférico cual delantero matador y estrenar su cuenta particular en LaLiga. Sin embargo, quien disparó de último -y por partida doble- fue Jaime Mata: conectó un centro de Greenwood con la zona del pecho-hombro para sentenciar y acabar con la ilusión de la parroquia celeste en el 89.

Al Celta le espera todo un Barça el próximo sábado a las 18.30 h en Balaídos. Dormirá sobre 3 puntos de colchón con el descenso, que marca un Cádiz con el que se verá las caras dentro de dos semanas en un duelo que podría marcar el futuro desenlace en primera de los de Benítez.