El ‘Tucu’ cuelga las botas

El centrocampista que mejor encarnó el Celta de Eduardo Berizzo anuncia que deja el fútbol por motivos personales

El "Tucu", durante un partido en Balaídos.

El "Tucu", durante un partido en Balaídos. / Ricardo Grobas

Pedro Pablo Hernández se retira a los 37 años después de casi dos décadas de carrera. El Tucu, como se le conoce futbolísticamente, anunció el pasado martes en Chile que cuelga las botas por motivos personales tras una larga y brillante trayectoria con parada a los dos lados del Atlántico. Hernández fue estandarte de O’Higgins, club con el que ganó el campeonato chileno a las órdenes de Eduardo Berizzo, y referente del mejor Celta de la última década desde el año siguiente con el entrenador argentino.

Nacido en San Miguel de Tucumán (Argentina), de donde le viene su apodo, el Tucu Hernández es seguramente el futbolista que mejor representa al gran Celta de Berizzo, el técnico que lo reclutó para el conjunto celeste nada más desembarcar en el club. Su fichaje fue la única petición expresa del técnico argentino a Carlos Mouriño y una de las operaciones más rentables para el Celta en esos años por su alto y regular rendimiento en las cuatro temporadas que permaneció en el club.

Centrocampista comprometido, de mucho trabajo, envergadura, gran poderío físico y natural inteligencia para leer las necesidades del juego, el Tucu encarnó buena parte de las virtudes del equipo que enamoró en esos años al celtismo, disputó una semifinal europea y dos de Copa de Rey con una propuesta vertiginosa y sumamente atractiva para el espectador.

Sus comienzos no fueron, sin embargo, fáciles. Las críticas afloraron al principio en un sector de la afición que le reprochaba su lentitud. El Tucu respondió a los silbidos con una sonrisa y hasta con la comprensión. “Los silbidos no me afectan, no los escucho. Un día te aplauden y otro te silban así que yo no le doy demasiada importancia”, dijo, sin inmutarse, cuando se le preguntó al respecto. “Uno siempre trata de hacer bien las cosas, puedan salir o no. Todos son libres de opinar siempre que sea con respeto”, zanjó.

El fútbol no tardó en darle la razón. Los silbidos enseguida se tornaron en aplausos. Su inmensa actuación en el triunfo copero en el Calderón le encumbró definitivamente como uno de los referentes del equipo. Después de tres excelentes campañas con Berizzo, la llegada de Juan Carlos Unzué al banquillo de Balaídos le restó protagonismo. Regresó al año siguiente a Argentina para enrolarse en Independiente, donde permaneció otras tres temporadas.

Regresó luego a O’Higgins, donde ha permanecido hasta que ayer anunció su retirada del fútbol entre los aplausos de sus compañeros.

El anuncio fue recibido con emoción entre los aficionados del Celta, que rememoraron en las redes sociales su brillante paso por el club y lo señalaron como “un dos nosos”. No faltaron entre ellos quienes se arrepintieron de haberle silbado. “Gracias por callarnos la boca, Tucu”, escribió un aficionado resumiendo el aluvión de mensajes ensalzando el talento, la profesionalidad e inquebrantable compromiso con el Celta.