Celta 1-1 Sevilla

El Celta sufre un atropello más

Los vigueses empatan un partido en el que merecieron más, jugaron con uno menos, encajaron el gol en los últimos minutos y el VAR les anuló el penalti que le pitaron a favor en el descuento

J.C.A.

Todo lo que le pudo suceder al Celta le ocurrió ante el Sevilla. Un cúmulo de desgracias, de escándalos, de malas decisiones le acompaña. Este sábado se juntaron todas ante los andaluces para sumar un punto raquítico. Jugaron mejor, se quedaron con uno menos por expulsión de Tapia (merecida), encajaron el empate a falta de siete minutos y cuando en el descuento el árbitro les pitó un penalti a favor llegó el VAR para tomar una decisión incomprensible y anular la decisión del árbitro. 

En ese infierno de lluvia y viento se manejó mejor el Celta. Entendió mejor el partido que había de jugar y, aunque le ayudaron el desconcierto sevillista y la dirección del viento, los de Benítez atacaron la espalda de los centrales con toda la mala intención del mundo. Un mal control, un balón que corre más de la cuenta, otro que se frena… un permanente desafío para un defensa que tarde o temprano acaba por conceder un error. Y lo hizo Gudelj en el minuto doce para dejar mano a mano a Larsen con Nyland. El noruego, que está en un momento espléndido de forma y cada vez amplía su repertorio, se la jugó con la vaselina y golpeó de forma deficiente la pelota.

La ocasión, lejos de generar desencanto, alimentó la ambición del Celta que vio la debilidad en los ojos del Sevilla y se fue a por él. Empujado por Tapia, con el sentido de juego y la plasticidad de Sotelo y la comodidad con la que Iago Aspas se movía por el campo, se acumularon las llegadas en el área sevillista. Aspas la tuvo en el minuto 15, Bamba tres minutos después y Mingueza envió al larguero una falta desde el costado que se fue envenenando. Eran muchos avisos hasta que el Celta acabó por acertar. Un balón parado ejecutado de forma magistral por Iago Aspas encontró la cabeza de Starfelt que remató como si su cuerpo de armario ropero escondiese en realidad un delantero centro de manual. 

Una ventaja que el Celta, como acostumbra, gestionó de modo mejorable. El Sevilla dio un paso adelante y los de Benítez hicieron justo lo contrario. Sin grandes ocasiones el partido pasó a desarrollarse en el área de Guaita donde el Celta defendió con pasión cada envío sevillista al área. 

Y el Celta decidió pegarse un tiro en el pie. Había hecho un buen arranque de segundo tiempo (ocasiones claras de Starfelt, de Aspas…) e incluso Benítez se había atrevido a dar un paso adelante al retirar a Kevin para dar entrada a Carles Pérez. Un equipo para castigar a un Sevilla que había comenzado a dejar demasiado espacio para correr. Y en ese momento, con media hora por delante, llegó Renato Tapia y se ganó la segunda amarilla tras una entrada que no tiene justificación alguna.

Todo lo que había imaginado Benítez para ese final de partido se fue al traste. El técnico madrileño pertrechó al equipo en previsión de lo que venía y prescindió de Iago Aspas. Pero el Celta se adaptó bien al nuevo entorno y Larsen tuvo dos ocasiones (una de ellas clamorosas) para marcar el segundo. Un instante para liquidar el partido, un fogonazo antes del desastre que llegó en el minuto 83, a siete del final. Mingueza se equivocó en un centro de Suso y dejó el balón muerto en el área para que En-Nesiry empujara a la red ante un Celta desesperado por la secuencia de desgracias que le vienen encima. De ahí al final el Sevilla estuvo más cerca de la victoria por pura inercia, gracias a los centros laterales, ante un Celta superado por los acontecimientos.

Pero la noche era especial y en el último suspiro, con el Celta lanzó una contra, la única en los últimos diez minutos. Mingueza puso un buen centro y Douvikas se fue a por el remate. Navas le agarró del brazo y el árbitro señaló el penalti. Incomprensiblemente se fue al VAR a verlo y allí, pese a lo obvio, dio marcha atrás en su decisión. El atropello ya era completo.

Benítez: "Una semana más, estoy sorprendido con el arbitraje"

Rafa Benítez se mostró muy crítico con la actuación del colegiado Hernández Hernández, quien anuló un penalti que había pitado a favor del equipo gallego en el último minuto del partido de este sábado contra el Sevilla tras revisar la jugada en el VAR.

"No soy yo quién tiene que decir si hay una mano negra o no, pero una semana más estamos sorprendidos por la actuación arbitral. Con el colegiado ni he hablado, he visto la repetición y me ha llegado para ver lo que ha visto toda España", afirmó.

El técnico madrileño tiró de ironía para hablar sobre la jugada polémica en la que pidieron penalti de Jesús Navas al delantero griego Douvikas: "Fuerza es igual a masa por aceleración. En newtons se mide la fuerza. ¿Cuánto es suficiente para derribar a una persona? ¿10 newtons? ¿12 newtons? Por si alguno tiene alguna idea y habláis con un físico, así lo metemos en el cuarto del VAR y tenemos una persona más trabajando que nos diga la fuerza que necesitamos para que una persona caiga al suelo. Hoy con viento a lo mejor hay que hacer algún otro cálculo", ironizó.

Dijo estar "contento" con el "gran partido" que hicieron sus jugadores, incluso cuando se quedaron con un hombre menos, pero insistió en que "así es imposible".

"El público tiene la posibilidad de hablar y no le sancionan, es la gran ventaja que tienen. Por desgracia volvemos a hablar de alguien que está fuera del campo tomando decisiones", manifestó

Aspas: "Cada vez que sacamos la cabeza nos quieren hundir"

El capitán, Iago Aspas fue tajante con el penalti anulado: "Lo ha visto todo el mundo, como la semana pasada nos pasó en Girona. Cada vez que sacamos la cabeza nos quieren hundir más, con todas las que nos deben tendríamos que estar casi en Champions. Rearbitrar la intensidad de un agarrón cuando ya lo has pitado, ya me dirás cómo se hace eso. Qué va a ver al VAR", se preguntó el internacional español.

Aspas, además, recordó que no es la primera vez que su equipo es perjudicado por la actuación arbitral esta temporada.

"Si te pasa una agachas la cabeza, dos, tres... pero van doce jornadas y llevamos siete partidos en los que la balanza nunca cae de nuestro lado. Y para una que nos cae va a mirar la intensidad de un agarrón. Queremos ser la mejor liga del mundo y así no avanzamos", incidió.